“La inclusión o no de Ceuta en la unión aduanera no puede
verse como la simple cuestión de poner en práctica un
arancel comunitario o dejar de hacerlo”. Así reza uno de los
pasajes del estudio económico sobre la ciudad realizado por
un grupo de investigadores. Uno de los principales mensajes
que se desprenden de esta investigación es que la decisión
de Ceuta de integrarse en la unión no puede ser aislada,
sino coordinada con una serie de acciones que “mitiguen
posibles impactos económicos desfavorables”. Así, se
advierte que la decisión de integración en la unión “debe
incorporar elementos estratégicos tanto a corto como a largo
plazo”.
Entre la batería de medidas propuestas por los responsables
del estudio destaca la recomendación de adaptar el Impuesto
sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI) a
la nueva realidad. Todo ello dirigido a que este tributo
siga siendo garantía de suficiencia financiera para la
Ciudad. Asimismo, también se insta a poner en marcha un plan
estratégico de desarrollo de la Ley 19/1994, relativa a la
modificación del Régimen Económico y Fiscal de las Canarias,
para su adaptación a la realidad ceutí. Desde la perspectiva
del análisis realizado, los investigadores no conciben la
integración de la ciudad en la unión sin la puesta en marcha
de medidas de impulso de la actividad económica, de creación
de empleo, y de potenciación de Ceuta como punto de
atracción de inversiones.
El equipo de investigadores dirigido por el catedrático,
Joaquín Aranda, hace una apuesta por la integración. Así,
éstos conciben que el paso supone “una oportunidad” que se
ha de “valorar” habida cuenta del actual contexto económico
de la ciudad.
Dar el paso supondría para Ceuta “ventajas adicionales”
además de la propia incorporación a la política aduanera de
la Unión Europea. Uno de los argumentos a favor mencionados
en el informe es la oportunidad que tiene la Ciudad de
definir el modelo económico para el futuro. Entienden que
Ceuta tiene ante sí un cuaderno con las hojas en blanco con
la ocasión de perfilar las estructuras que den la
prosperidad.
El estudio considera que en Ceuta existen “no pocos puntos
débiles que una integración en la unión contribuirían a
mejorar o solventar”.
Consecuencias inmediatas
La aceptación de la política comercial común conlleva la
imposibilidad de imponer restricciones arancelarias a la
entrada de productos sensibles en Ceuta y procedentes de la
Unión Europea. Esta es una de las consecuencias inmediatas
por la integración de Ceuta.
Otra de las derivadas de la aceptación de la política
europea supone “la obligación de imponer el arancel
comunitario a una serie de productos procedentes de terceros
países que pueden provocar el encarecimiento de algunos
insumos necesarios para el buen funcionamiento de
actividades económicas locales”.
Impactos negativos
Los responsables del informe se inclinan por la integración,
aunqe también encuentran los efectos negativos derivados de
dar el paso.
El comercio transfronterizo, denominado como atípico por los
investigadores, “podría desaparecer o moderarse
significativamente” por la aceptación de la política
comunitaria de aranceles.
Paralelamente, la entrada supondría para Ceuta la “pérdida
de la identidad de ciudad donde encontrar buenas
oportunidades de compras”. Respecto a este punto, los
responsables hacen una precisión, y es que “la impresión
general es que tal repercusión se ha venido sucendiendo en
los últimos años”. La consecuencia derivada de este hecho
sería el impacto sobre el turismo, lo que repercutiría en el
comercio, tanto para la Ciudad como para las familias al ser
Ceuta una ciudad eminentemente productora de servicios.
La política recaudatoria del Gobierno local se vería también
afectada, en caso de quedarse el IPSI en su forma actual, ya
que la combinación de este con los tributos comunitarios
sería percibido de manera negativa.
Los especialistas consideran, de forma última, que la
integración es factible si ello no supone el encarecimiento
del coste de la vida en la ciudad. Para ello sería necesario
proteger las actividades económicas más sensibles a la
potencial puesta en marcha del arancel comunitario.
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El CES recuerda que ya apostó en su memoria por los cambios
El presidente del Consejo
Económico y Social (CES) de Ceuta, Basilio Fernández,
recordó, al hilo de la publicación de las recomendaciones
del informe, que el organismo al que representa viene
apostando por la “necesidad de establecer cambios” en los
últimos informes socioeconómicos de la ciudad. Este opinó
que el estudio pone de manifiesto que los actuales
instrumentos económicos con los que cuenta Ceuta no parecen
ser suficientemente eficaces para resolver los problemas
estructurales de la ciudad. Así, “todo apunta a que habrá
que remover el régimen económico para lograr mejores
perspectivas de futuro”. Fernández se ha puesto en contacto
ya con el presidente de la Cámara de Comercio para que
remita al CES el informe al completo.
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