La decisión de Phillip Morris de cobrar entre 5 y 10
céntimos más por cada cajetilla de sus cigarrillos Marlboro,
Chesterfield y L&M, casi ha pasado desapercibida para la
mayoría de los compradores que se acercaron por el estanco
número 29, que dirige José Luís en la ciudad caballa. “Si
todavía andáramos contando en pesetas, seguro que más de uno
pondría el grito en el cielo”, asegura convencido José Luis.
Pero menos de una hora de observación “in situ” fue
necesaria para comprobar que ningún cliente se percató sobre
el incremento en el precio de alguna de estas tres marcas de
cigarrillos.
A la pregunta “¿qué le parece que la compañía tabacalera
haya subido el precio de sus cigarrillos?”, las respuestas
fueron peculiares en no pocos casos: “No me he dado cuenta
de que ha subido”, dijo Mayte tras encender su primer
Marlboro de la mañana; “Pues... cinco céntimos más... A mí
no me supone ningún problema porque soy de la Península y
tengo que pagar bastante más allí, en Jaén”, dijo Victor
Turnez, que aprovechó la baratura del tabaco en Ceuta por la
exención de tasa fiscal con el IVA para hacerse con varias
cajetillas de su marca favorita. Marcha contento con sus
cigarrillos, pensando que más quisiera para él una subida de
cinco céntimos que no elevara el precio de su tabaco por
encima de los 2,10 euros, que es lo que le costó su paquete
de Chesterfield. En los quince minutos siguientes entran más
de una docena de personas. La mitad de ellas fuma Marlboro.
Las cajetillas de esta marca están casi extintas en la
estantería.
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