Cuando el cielo empieza a tronar y la lluvia cae sin cesar
el polígono del Tarajal es uno de los lugares de la ciudad
donde todas las miradas se centran para ver si se producen
inundaciones. Con el temporal de agua y viento de ayer no
fue distinto que otras veces ya que las bolsas de agua en
las calles volvieron a aparecer por la mañana temprano.
La zona del muro, en el polígono conocido como la Chimenea
es el punto fatídico de la instalación cuando caen más de
cuatro gotas seguidas.
El presidente del polígono, Mohamed Ahmed, consideró que la
falta de arquetas con un nivel de absorción suficiente y la
presencia del muro son los culpables de que se den las
acumulaciones de agua estancada. “Antes del muro la zona
tragaba bien. Es necesario una actuación decidida de la
Ciudad en este aspecto y estamos convencidos que la
Delegación del Gobierno les ha dado vía libre”, comentó
Ahmed.
La lluvia en esta ocasión no ha llegado a las naves gracias
a la labor de los propios trabajadores y a que las
precipitaciones no fueron continuadas en el tiempo, según
precisó el presidente del polígono.
No obstante, los comerciantes de la zona cercana al muro en
la Chimenea tienen “miedo ante las lluvias” por los
desperfectos que pueda provocar. “Estamos seguros de que el
agua va a seguir cayendo porque es invierno y no tenemos
seguridad de que no vaya a afectar a nuestros negocios”,
aseveró Ahmed.
“Empezamos el año igual que acabamos, sin la atención de las
administraciones de la ciudad”, se lamentó uno de los
comerciantes.
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