Las barriadas se vieron ayer menos afectadas que de
costumbre en cuanto a las inundaciones. De este modo, la
Federación Provincial de Asociaciones Vecinales apenas
recibió llamadas durante el día para protestar por alguno de
los incidentes y altercados que suelen arrastras los
temporales. Y es que según las informaciones que transmite
esta asociación, el trabajo de las Brigadas Verdes en los
últimos meses ha provocado que las alcantarillas más
conflictivas de la ciudad hayan permanecido más limpias y,
por lo tanto, el agua haya fluido con menos obstáculos. Sin
ir más lejos, en Cívico Murciano, se encuentra uno de los
desagües más problemáticos de la ciudad. El año pasado los
temporales incordiaron sobremanera a una señora en una de
estas casas. Esta vez, las arquetas han respetado a los más
desfavorecidos.
Más problemas han tenido los vecinos de Benítez. El arroyo
de Cría Caballar se volvió a inundar ayer y, al desbordarse,
se desbordó parte del caudal del riachuelo a la carretera.
El presidente de esta barriada, Juan Moreno, relataba pasado
el mediodía, cuáles habían sido sus esfuerzos por desatascar
la boca de entrada del agua. “Por nuestra ubicación,
recibimos agua de todas partes y es necesario mantener la
boca, que es muy pequeña, limpia de escombros”, relató.
Otra gran ración de trabajo tuvieron los operarios de
Contenur. La empresa de contenedores se empleó a fondo para
levantar los más de diez depósitos que cayeron al suelo
durante la mañana a causa del viento. Las zonas más azotadas
por el temporal fueron la Almadraba y Reyes Católicos, según
la empresa, zona donde el viento pega especialmente fuerte
de costado; también atendieron llamadas en Contenur desde
Santiago Apóstol, El Morro, Manzanera, Alfau y el Sarchal.
Los contenedores han aparecido arrojados sobre la carretera,
con la tapadera abierta, y han dificultado el tráfico en
distintos puntos de la ciudad, sobre todo en el Polígono del
Tarajal. Afortunadamente, los servicios de recogida de
basura se habían ocupado de recoger los residuos de los
contenedores y no ha habido que lamentar que los residuos
quedaran esparcidos por las calles.
En cuanto a las inundaciones en viviendas, la más delicada
ha tenido lugar en Playa Benítez, donde se ha llegado a
desalojar, pasadas las 12:00 del mediodía, a una familia
compuesta por los padres y tres hijos. La Ciudad autónoma
correrá íntegramente con los gastos y han sido alojados en
el hostal Lisboa mientras se solucionan los problemas.
Otro local, en Manzaneras 1, ha quedado incapacitado debido
a la inundación de los sótanos. Sin embargo, no ha habido
que lamentar, ni daños personales, ni materiales, ya que se
trata de un local en construcción. Para paliar la inundación
y achicar agua, la FPAV prestó una bomba de agua a los
vecinos.
En la Maestranza, una valla protectora colocada en una obra
se ha visto vencida por el viento, cayendo sobre la
carretera. Afortunadamente, en ese momento nadie pasaba por
el lugar y los trabajadores se han afanado por retirar el
desperfecto de la vía antes de que llegaran los operarios de
la Ciudad. La FPAV recibió, además, llamadas por problemas
de alcantarillado. Hubo problemas para los vecinos del Monte
Hacho en la parte más baja, cuando una arqueta se desbordó.
Fue necesaria la participación de Acemsa y el grupo de
Saneamiento que, además, tuvieron que intervenir en Pueblo
San Antonio, por culpa de alcantarillas.
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