El presidente Vivas prefiere jugar políticamente, hablando
en términos futbolísticos, en “terreno seco” y sin patadas
en la espinilla, pero cuando se encuentra a alguien que,
como dice que hizo el delegado, falta al respeto a los
ceutíes, se siente obligado a responder. “Quien me conoce”,
dijo ayer en la Cadena SER-Ceuta, “sabe que no me gustan las
polémicas, pero yo tengo que respetar y defender que se
respete a Ceuta y a los ceutíes”.
A cinco días de que termine el año, el presidente de la
Ciudad pasó ayer por los estudios de Cadena SER-Ceuta para
repasar lo acontecido durante el 2007 que termina y dar
cumplida respuesta al delegado del Gobierno en la polémica
que ambos mantienen desde el pasado domingo. “Como
presidente y como alcalde de Ceuta”, doble condición que
asumió nada más comenzar su intervención, Vivas opinó que el
que termina “ha sido un buen año para esta ciudad” y se
congratuló por haber podido contribuir a profundizar “en esa
transformación que nuestra ciudad está experimentando, creo
que para mejorar, y que reconoce todo el mundo”.
“Estoy más dolido que enfadado”, dijo Vivas entrando en
materia cuando se le preguntó por el asunto. “Las personas
que me conocen saben que para mí estas situaciones no son
agradables y que este no es el terreno de juego en el que
mejor me desenvuelvo”, prolongó sobre sus sensaciones de los
últimos días el presidente ceutí, que utilizó la metáfora
del fútbol para destacar que aunque él prefiere “el campo
seco” apuntó que “hay situaciones en las que representando
uno lo que representa no tiene más remedio que salir a la
palestra”.
El presidente manifestó su sorpresa por la respuesta de
Arreciado a una pregunta “en la que se le está preguntando
por el debate presupuestario” celebrado en la Asamblea y se
mostró estupefacto porque “en contestación a eso dice que
tiene la percepción de que en Ceuta se aplican leyes
distintas a las del resto de España y que los ceutíes cuando
votan no tienen en cuenta lo que debían los valores de la
honradez, de la honestidad, del esfuerzo personal y de la no
prevaricación”, explicó.
“Tenía dos opciones: callarme o no callarme, pero creo que
en este caso la ofensa es al pueblo de Ceuta”, siguió Vivas,
quien se preguntó si alguien se imagina “a cualquier
presidente autonómico” callándose “si el delegado del
Gobierno en su región despide el año diciendo que los
ciudadanos de esa comunidad no tienen muy en cuenta valores
éticos al votar”.
“Yo no quiero ninguna confrontación, pero tengo que cumplir
con mi obligación, responder y salir al paso cuando hay
declaraciones tan graves”, argumentó el presidente, quien
aseguró “de todo corazón” que no le gustaría “seguir
alimentando la polémica” y dejó claro que “las consecuencias
que pueda tener esto que he dicho que nuestras relaciones se
van a limitar al ámbito estrictamente institucional no va a
alterar en absoluto la disposición de la Ciudad a colaborar
con el Gobierno de la nación en todo aquello que redunde en
el beneficio de Ceuta”.
“Los intereses generales de la ciudad y de sus ciudadanos
están por encima de mis disgustos personales”, concluyó
antes de “garantizar” la presencia de la Administración
autónomica “si cabe con mayor intensidad que antes en los
grupos de trabajo, en las comisiones mixtas, en las
conversaciones para la cesión de suelo y para la realización
y ayuda de las inversiones del Estado, pero lo que se
refiere al ámbito de la relación personal y de los aspectos
exclusiva y estrictamente protocolarios no podrá ser de la
misma manera. Hay un antes y un después”, sentenció.
“No puedo estar pasivo”
Para terminar, Vivas se refirió a la respuesta de ayer de
Arreciado a su intervención del domingo, palabras que le
sirvieron para justificar su respuesta a la entrevista
publicada en este periódico: “No me siento molesto ni
ofendido porque se critique la gestión del Gobierno de la
Ciudad o los Presupuestos de 2008, pero si lo que responde
es que los ceutíes votan sin tener en cuenta esos valores,
que es lo que ha dicho, no puedo permanecer pasivo”.
Además, Vivas recordó que él ha polemizado “con toda
corrección” con el delegado: “Yo no le he calificado de
maduro o más maduro, de infantil o no infantil, y no lo voy
a hacer porque yo represento a todos los ciudadanos de Ceuta
y tanto yo como la institución y los ciudadanos de Ceuta
merecemos respeto. Es lo único que he pedido. No quiero
entrar en nuevas confrontaciones ni enfrentamientos, pero yo
tengo que respetar y defender que se respete a Ceuta y a sus
ciudadanos”, culminó.
“Le pedí una rectificación pública porque públicas fueron
sus manifestaciones y si hubiera existido, por leve que
fuera, el asunto estaría zanjado para mí”, terminó Vivas,
que lamentó que “en vez de rectificación lo que ha habido es
confirmación, pero los ceutíes pueden estar tranquilos
porque mi enfado no va a afectar a la colaboración entre
administraciones en beneficio de los ciudadanos”.
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“No le iba a pedir a Zapatero que le tirase de las ojeras al
delegado”
El presidente de la Ciudad quiso
ayer también dejar claro en los micrófonos de SER-Ceuta qué
pretendía cuando dijo el domingo que barajaba la posibilidad
de enviar una carta a La Moncloa para explicarle a Zapatero
su “malestar” con las declaraciones de Arreciado. “Yo no
quiero que nadie se llame a engaño”, aseguró ayer Vivas:
“Creo que he sido respetuoso y leal con la Administración
General del Estado cada vez que la ocasión lo ha requerido
porque forma parte de mi obligación, y para que nadie se
extrañara de la postura adoptada por el Gobierno de la
Ciudad”, explicó, pensaba ponerla en conocimiento del
presidente del Gobierno de la nación, pero no con el ánimo
de pedirle a Zapatero que le tirase de las orejas a su
delegado por haberse manifestado de esta manera”. “Si
presumimos de respeto y de apuesta por el diálogo cuando eso
no se manifiesta y se descalifica a los ciudadanos de
quienes dependemos yo me tengo que pronunciar”, se
justificó.
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