El arquitecto Álvaro Siza recibió en su estudio de Oporto a
un equipo de periodistas. Tras conceder una entrevista, el
arquitecto portugués accedió a explicar las claves del
proyecto y las modificaciones de implantación de usos con
los que espera que, finalmente, salga adelante el Centro
Cultural y Comercial de la Manzana del Revellín.
Su conocimiento del proyecto es tal que apenas desvía su
vista a los planos. El halo de complejidad que acompaña a la
Manzana se desmonta en apenas unos minutos de conversación.
Para este afamado arquitecto, que quiso ser escultor, el
epicentro de la polémica es la dotación comercial del
proyecto, que queda solventada al verse ésta drásticamente
reducida, banalizádonse su intensidad y distribución. Siza
se mostró convencido de la idoneidad de la última
modificación de implantación de usos, solicitada por parte
de la empresa propietaria al Ayuntamiento, y en base a la
cuál él ya está trabajando.
Los cambios no afectan a la edificación, ni a la filosofía
del proyecto, puesto que no se alteran los usos dotacionales
preexistentes: esparcimiento (plaza pública) y equipamiento
(auditorio y conservatorio). Son cambios más técnicos que
formales, puesto que afectan a la implantación de usos a los
que se destinan algunos espacios. Concretamente, es la zona
comercial la que experimenta una drástica reducción, al
pasar del casi 30 al 8,5 por ciento de total de la
construcción. Todo ese espacio deja de ser comercial para
pasar a ser espacio dotacional para equipamiento.
La superficie total del proyecto no varía. Esto supone que
la Manzana del Revellín modifica el uso de casi 6.000 metros
comerciales, que pasan a ser dotacional para el
equipamiento, quedando tan sólo como comercial 1.241 metros
cuadrados, distribuidos en cuatro locales comerciales de una
media de 300 metros, cuya superficie equivale al 5 por
ciento del total de la construcción. A esto se suma tres
plantas de oficinas que, por su extensión, tienen una clara
utilidad privada y que tienen 941 metros. Los cuatro locales
comerciales más las plantas de oficinas hace que los metros
comerciales de la empresa sean 2.188, lo que equivale a casi
el 8 por ciento de la obra. La nueva proporción muestra la
reducción de la superficie comercial en beneficio de los
espacios dotacionales para el equipamiento. La sustitución
de espacio comercial por dotacional no sólo afecta a la
planta en la que podría ubicarse el mercado, sino también al
resto, por la reducción del espacio comercial en la planta
sótano, uno y dos.
La edificación, sin cambios
Por su parte, las superficies relativas a la plaza pública,
conservatorio, auditorio y aparcamiento público se mantienen
sin sufrir ninguna modificación. Por lo tanto, la parte
destinada inicialmente al uso dotacional (esparcimiento y
equipamiento) no experimenta ninguna modificación. Los
cambios propuestos tampoco afectan a la edificación, ya que
las modificaciones se producen en el interior de alguno de
los edificios.
La modificación de la intensidad en la implantación de los
usos (característicos y complementarios) fue solicitada al
Ayuntamiento a finales de octubre a instancias de La Manzana
del Rebellín S. L., en previsión de la nulidad de las
licencias de obra e implantación. Una actuación acorde a la
práctica administrativa de la mayoría de los ayuntamientos
de España que en sus planes generales admiten una intensidad
para los usos compatibles en un baremo, que va desde el 15 y
hasta el 40 por ciento en algunos casos.
La solicitud de modificación de usos presentada por La
Manzana del Rebellín SL no hace referencia a actividades
concretas. Es una petición de cambio en la calificación de
los espacios, que permiten la legalización de la obra en
base a una interpretación literal del PGOU de Ceuta y de la
sentencia del TSJ de Andalucía de 19 de octubre de 2004.
Tras la petición de la modificación de los usos realizada
por parte de la empresa ante la Ciudad de Ceuta, fue ésta
última la que, tras valorar diversas opciones, se puso en
contacto con Siza para que diera su opinión y estudiara la
viabilidad del mercado de abastos.
Dicha modificación en las superficies afectadas condicionará
en un futuro las actividades que vayan a albergar, pues
tienen que ajustarse a la finalidad prevista para el espacio
dotacional para el equipamiento. La creación por parte de
Siza de unos espacios genéricos y diáfanos permitirá que en
un futuro se decida su uso, aunque éste tendrá que adecuarse
a los previstos en el PGOU de Ceuta. Por lo tanto, cuando la
propiedad acepte las actividades que se vayan a desarrollar,
será entonces cuando defina esos espacios, mediante los
correspondientes proyectos de adecuación.
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