Después de las malas experiencias en Águilas y Alcalá, donde
Diego Quintero experimentó con varios sistemas, el técnico
sevillano volvió a emplear el 4-4-2 con doble pivote que
hasta la fecha había sido el dibujo que había dado mejor
resultado a domicilio al acariciar el triunfo en Baza,
Puertollano y Melilla. Así los ceutíes jugaron con Alberto y
Perita en el centro del campo, con Berruezo y Castells en
banda y con Fran Amado y Enzo como pareja de ataque.
Ya en la segunda parte, viendo que el Real Jaén se encerró
al encontrarse en inferioridad numérica, el sevillano movió
el banquillo buscando alguna alternativa en la figura de
David Fas, Aitor y Tato, que entraron por Pedro Berruezo,
Perita y el argentino Enzo. Hombres que tampoco fueron
capaces de aportar lo suficiente para decantar la contienda
del lado caballa.
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