A partir de enero de 2008 los recibos de Acemsa
incorporarán, además de la prestación del servicio de
suministro de agua, las tasas relativas al alcantarillado y
la recogida de basuras. Así lo aprobó ayer el Pleno de la
Asamblea de la Ciudad con los votos a favor del PP y la
oposición frontal de UDCE-IU y PSOE. Márquez, defensor de
una reforma fiscal que también crea nuevas tasas sobre los
neumáticos fuera de uso o la utilización del dominio público
y modifica la relativa al IBI y al tratamiento de residuos
en la Planta de Transferencia describió su iniciativa como
“una buena idea”. Ali y Ramírez lo redujeron a “una subida
de impuestos”.
Como no podía ser de otra manera, el Pleno de la Asamblea
dio ayer su visto bueno con los votos a favor del PP y la
oposición de UDCE-IU y PSOE a la batería de modificaciones y
nuevas Ordenanzas Fiscales que el consejero de Hacienda del
Gobierno ceutí, Francisco Márquez, defendió ante la
Corporación con suficiencia como “una buena idea”, “moderada
y equilibrada” que justificó en la necesidad de avanzar
hacia unos servicios públicos “más amplios y más
sostenibles”. “Avanzan aquellas sociedades que premian las
buenas ideas, y esta es una buena idea”, dijo Márquez para
cerrar su primera intervención, en la que justificó la
oportunidad de modificar el sistema de cobro del impuesto de
basuras y de crear la nueva tasa de alcantarillado vinculada
al consumo de agua como una forma de “primar” la
sostenibilidad en la utilización de los recursos y de ser
“más eficaces y eficientes” en la gestión impositiva.
Enfrente, el portavoz del Grupo Parlamentario de UDCE-IU,
Mohamed Ali, acusó a Márquez de “encubrir” con una propuesta
“farragosa” lo que a su juicio es una simple “subida de
impuestos”. “No puede ser una buena idea subir los
impuestos”, le advirtió el líder de la oposición, que tildó
de “despropósito” la unificación en un recibo de las
facturas del agua, el alcantarillado y la basura.
“¿Cómo van a pagar miles de vecinos de Ceuta estos dos
últimos servicios si ni siquiera se les prestan?”, se
preguntó Ali, que acusó al PP de promover una norma “contra
la realidad de esta ciudad”. UDCE-IU también discrepó de la
conveniencia de revisar la Ordenanza Fiscal reguladora del
Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y de la necesidad de
instaurar una nueva sobre los neumáticos fuera de uso, que
según dijo Ali perjudicará al sector. “Están incumpliendo
una norma básica que dice que para cobrar un servicio hay
que prestarlo y además harán que los bolsillos de los
ceutíes se resientan por ello desde enero”, concluyó.
Márquez, por supuesto, se mostró absolutamente en desacuerdo
con su interlocutor, a quien aseguró que la Ciudad se ha
pasado “meses” rompiéndose la cabeza para crear un marco de
bonificaciones que permita que la reforma aprobada no
perjudique a los más desfavorecidos.
“Si algo tiene esta reforma es sensibilidad social”, subrayó
el consejero, quien soliviantó a Ali y compañía al
recordarles que si parecía que no habían entendido su
propuesta seguramente sería porque no habían asistido a la
Comisión Informativa del pasado lunes.
“Un paso adelante”
Agarrado a ese argumento y al presunto desdén de UDCE-IU por
todo lo que no sea Pleno, algo que Ali negó echando mano de
una baja médica, Márquez insistió una y otra vez en que la
reforma es “un paso adelante” porque “cuenta con los más
desfavorecidos; contribuye a la prestación de más y mejores
servicios públicos, eficaces y eficientes; y da más
comodidad para el pago a los contribuyentes”. En cambio
eludió responder sobre hasta dónde llegan o no los servicios
de alcantarillado y recogida de basuras; hizo oídos sordos a
si las facturas comunes llegarán o no con recargo si se
pagan con cierto retraso o si lo tratado era o no a fin de
cuentas una subida de impuestos.
En algunas de esas dudas y críticas incidió también la
portavoz socialista, Inmaculada Ramírez, cuyo partido
llevaba en su programa electoral a los comicios del 27-M una
propuesta para “reestructurar la tarifa del agua con el
objetivo de conseguir la fórmula más adecuada para disuadir
los usos suntuosos”. La propuesta del PP no le pareció, sin
embargo, inspirada en el mismo principio que la suya y votó
en contra porque le sonó a artimaña de última hora “para
cuadrar los presupuestos”; a “subida de impuestos” y a
proyecto sin perfilar. “Esta es una losa que va a gravar más
a los ceutíes y les va a hacer aún más difícil la cuesta de
enero”, resumió.
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La recogida de basura costará entre 2,80 y 1,25 euros fijos
al mes; cada metro cúbico de agua, 25 céntimos
Dejando a un lado la modificación
“técnica” relativa a las tasas por el uso del dominio
público; la relacionada con los neumáticos fuera de uso; la
del tratamiento de residuos en la Planta de Transferencia
(costará 11 céntimos por kilogramo) o la modificación de la
tarificación del IBI, que según dijo Ali podría suponer 10
euros más al año, el común de los ceutíes se verán afectados
por el cambio en la gestión de los tributos por consumo de
recogida de residuos sólidos urbanos (basuras) y
alcantarillado. La primera de ellas exigirá el pago de entre
2,80 y 1,25 euros mensuales en función de la parte de la
ciudad donde se localice la vivienda en cuestión. Además,
durante los nueve años siguientes esta tasa aumentará entre
95 y 70 céntimos al año. En cuanto al impuesto por
alcantarillado, que a partir de ahora se vinculará al
consumo de agua y no al valor de la vivienda, se establece
un coste fijo en función del calibre del contador del
suministro (desde 2 euros para los de 13 mm. hasta 510 euros
para los de más de 200) y una cuota variable de 25 céntimos
por cada metro cúbico o fracción consumida. Todo ello lo
cobrará Acemsa.
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