A las 22:30 de la noche entró en acción el torbellino Juan
Vivas, un diablo para los tertulianos de la mesa de Onda
Cero. El presidente de la Ciudad quiso refererise con su
intervención en La Brújula, más al resto de españoles que a
los ceutíes. Aprovechó la ocasión para reivindicar una
“igualdad entre todos los españoles”. Y por si fuera poco,
Vivas introdujo el tema del estatuto sigilosamente,
“queremos las mismas competencias y ayudas que el resto de
los ciudadanos del país”. En la misma línea no dejó escapar
la oportunidad para solicitar al gobierno central “ciertas
reivindicaciones, ser equiparables en todos los asuntos”.
En esta línea, Vivas continuó su discurso: “No hay que
olvidar que en España hay 19 autonomías, aunque dos de ellas
sean de ciudades, pero está claro que nosotros vamos a
luchar para renovar nuestro estatuto y adecuarlo a los
tiempos que corren, pero siempre con sentido común y con el
acuerdo de los dos grandes partidos de la nación. Es lógico
que los ceutíes aspiremos a más”. Siguiendo con su discurso,
subrayó la idea de que el estatuto “permita a nuestros
ciudadanos seguir contando con un régimen fiscal especial,
que se perfeccione y actualice”.
Tampoco obvió el presidente el espinado asunto de los
servicios públicos. “Queremos un servicio público
equiparable al del resto de los españoles, ágil y sin
precios disuasorios”, indicó.
El periodista Alsina le introdujo otro tema controvertido
para la ciudad, el de las visitas de los ministros. “Cuando
el PP estaba en el Gobierno, visitaban más nuestra ciudad,
pero no quiero dejar pasar la ocasión para recordarle a los
ministros que aquí son bienvenidos siempre”. Siguiendo con
el tema duro, el cuestionamiento de Ceuta dentro de España,
el presidente aclaró: “La españolidad de Ceuta está basada
en la historia”. Para rematar la faena: “Norte y sur;
occidente y oriente; Europa y África; merece la pena venir a
Ceuta y vivirlo en el barco cruzando el Estrecho”. Y el
público ovacionó sus palabras.
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