El presidente plenipotenciario de la Comisión Delegada de la
Ejecutiva Federal del PSOE para dirigir los designios de sus
siglas en Ceuta, el diputado por Cádiz Salvador de la
Encina, trazó ayer la ‘hoja de ruta’ del año que se le
avecina comandando lo que queda del PSOE ceutí: hacer
“balance”, primero; después, hacer “propuestas” para merecer
la confianza de los ceutíes en marzo; y, por último, “pedir
el voto” para Rodríguez Zapatero en marzo.
Después llegará el momento de poner en orden en casa y ‘refundar’,
como le encargó textualmente la dirección nacional del PSOE,
la Federación ceutí, proceso que, pese a las suspicacias, se
comprometió a realizar “con transparencia” y respetando los
“derechos” de los nuevos y antiguos militantes que quieran
pertenecer al partido, aunque advirtiendo de que éste
también tiene la potestad de exigir ciertos “requisitos” que
más de un ‘crítico’ seguramente no supere.
“No hay más tiempo que perder”, advirtió el político ceutí,
que volvió a denigrar el ‘ombliguismo’ que según dijo ya el
pasado fin de semana ha perjudicado al PSOE ceutí hasta el
punto de hacer que decisiones del Gobierno central como las
relativas a las bonificaciones al transporte hayan pasado
“desapercibidas”.
Tras reunirse con el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y
el líder del PP ceutí, Pedro Gordillo (con quienes cerró el
sainete organizado alrededor de la suspensión de los
trabajos de la Comisión de Redacción del Estatuto), y
encontrarse en el Tryp con el presidente de la Cámara de
Comercio, Luis Moreno, De la Encina visitó la calle Daoiz
para, por primera vez en el ejercicio de su nueva
responsabilidad, comparecer ante los medios de comunicación
en una rueda de prensa donde se esforzó en “pasar página” y
hablar, pese a las preguntas de los periodistas, del
presente, del futuro y del exterior del partido. De todo
menos de la crisis interna que se desencadenó tras la
dimisión de Toñi Palomo (un “gesto de honestidad que la
honra”, según dijo) que acabó, el miércoles de la semana
pasada, con la disolución del partido, una decisión “difícil
y muy dura” pero “sopesada y necesaria” que atribuyó a la
aparición de “luchas internas que no se pueden consentir en
un partido serio como el PSOE”.
Tal vez por ello ni para no atizar el fuego el parlamentario
adelantó que la batalla intestina quedará, si las
circunstancias lo permiten, para la próxima primavera,
después de las generales. Hasta entonces De la Encina se
reunirá con todas las entidades, partidos e instituciones
que pinten algo en la ciudad (primero que nada, con la FPAV
y con UDCE-IU) para demostrar que el PSOE sigue “vivo” en
Ceuta.
“Afrontaremos el proceso electoral y después la constitución
del partido con fortaleza, unidad y vocación de liderazgo”,
adelantó antes de comprometerse a preocuparse por los
problemas de los ciudadanos y no por los “nuestros” durante
el próximo semestre.
“Nuestra prioridad debe ser lo más importante, los problemas
de los ceutíes y no los del partido”, dijo De la Encina,
quien se mostró convencido de que “aunque esté disuelto
orgánicamente, el PSOE sigue siendo un partido vivo y
absolutamente necesario, fuerte y unido para defender los
derechos de los ciudadanos, en Ceuta”. “Nunca abandonaremos
a sus suerte a los ceutíes, nunca les dejaremos sólos, sobre
todo a los más necesitados”, prometió reivindicando su
derecho a “trabajar” frente al “pesimismo” que desencadenó
la disolución.
Para este proceso pidió “apoyo y comprensión” a todos los
caballas, a quienes se mostró dispuesto a “escuchar” desde
la “oposición legítima” que el Grupo Parlamentario
Socialista desarrolla en la Asamblea y desde “la Delegación
del Gobierno y el Ejecutivo de la nación”.
Después de las elecciones generales de marzo, en las que la
Comisión que preside y la Federal se encargarán de escoger a
sus candidatos por Ceuta, llegará el momento de construir el
nuevo PSOE ceutí “sano y recuperado” siguiendo al pie de la
letra lo marcado en los Estatutos y el Reglamento interno
del partido y “con total transparencia”.
“Este partido es abierto y progesista y no excluye a nadie”,
replicó a quienes aventuran un nuevo censo a la medida del
‘oficialismo’ justo antes de reprochar a los denominados
‘críticos’ no haberse constituido nunca formalmente como
tales en corriente de opinión. “No quiero culpar a nadie”,
dijo, “aquí se pueden tener diferencias y debatir de todo,
pero no airear las cosas como se ha hecho y cada uno deberá
asumir sus responsabilidades respecto a las normas internas
existentes”, concluyó al tiempo que advertió que las
declaraciones de los renovadores serían “muy fáciles de
rebatir”.
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PP y PSOE pactan formalmente aplazar la reforma del
No es extraño que algunos
dirigentes socialistas ceutíes digan que al no-partido “le
crecen los enanos”. Después de cuatro días de dimes, diretes,
enfados y desmentidos resulta que Yolanda Bel estaba en lo
cierto ya el mismo lunes: PP y PSOE están de acuerdo en que
lo del Estatuto es mejor dejarlo para después de las
generales de marzo y evitar que el tema sea motivo “de
confrontación electoral”.
El Gobierno de Vivas, señalado por PSPC y UDCE como
guionista de la confusión de los últimos días, llevaba la
razón desde el principio. ¿Cómo se entiende entonces que el
lunes a las 23.02 horas enviase un fax a los medios de
comunicación diciendo que lo afirmado por Bel a mediodía era
algo de su cosecha si ayer De la Encina reconoció haber
hablado del tema con el presidente Vivas en sintonía con su
propuesta de retrasar los trabajos de la Comisión del
Estatuto hasta después de los comicios? Difícilmente. Ayer,
el parlamentario por Cádiz y la propia Ciudad, a través de
una nota de prensa, lo dejaron claro. Ambos coinciden en que
el periodo electoral no debe enturbiar la reforma del
Estatuto y en ello quedaron ya en una primera “toma de
contacto” telefónica el lunes que ayer ratificaron cara a
cara en el Palacio autonómico.
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