Fue especialmente concurrido el acto de firma de los tres
convenios entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
y la Ciudad Autónoma que se celebró en la tarde de ayer en
la Delegación del Gobierno en Ceuta. La llegada a Ceuta del
ministro estaba prevista para las 16.00 horas pero se
retrasó unos minutos. A consecuencia de ello el cumplimiento
temporal del horario previsto para la agenda de Caldera se
vio alterado.
Al ministro se le esperaba en la Delegación a eso de las
16.30 horas para encontrarse con el presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, a las menos cuarto. A pesar de la tardanza un
nutrido grupo de personas esperaba ya a Caldera en la
antesala de la segunda planta de la Delegación. De entre
todos ellos, cabe destacar a los menos acostumbrados a hacer
acto de presencia en este tipo de acontecimientos, algunos
ciudadanos y los protagonistas secundarios de la jornada,
los beneficiarios de las ayudas del uno de los convenios.
Con mucha emoción y satisfacción vivieron el acto ceremonial
el hermano Diego, integrante de Cruz Blanca, Mustafá
Abdelkáder, miembro de la ONG Luna Blanca y el resto de
representantes de asociaciones integrantes del CERMI como
Cocemfe o Acepas.
También compadecieron representantes del Gobierno local,
como la consejera de Asuntos Sociales y el de Economía y
Empleo, y otros como el director provincial del Ministerio
de Educación, los dos diputados del Partido Socialista de
Ceuta en la Asamblea, o el presidente de la Junta Gestora de
dicha formación política.
Una vez realizada la firma de los tres convenios por las
partes y después de las pertinentes declaraciones
institucionales de Caldera y Vivas, estos se acercaron a los
representantes de las asociaciones beneficiarias de algunas
de las ayudas y charlaron unos instantes.
Acto seguido, y casi sin tiempo para mucho más, el ministro
de Trabajo y Asuntos Sociales acudía al Palacio Autonómico a
firmar en el Libro de Oro la Ciudad. A la entrada a la
Asamblea fue recibido por Vivas, quien le acompañó hasta el
Salón Noble, antiguo despacho del alcalde. Una habitación
vetusta presidida por un gran cuadro de Juan Carlos I. Allí
Caldera escribió una pequeña dedicatoria a la ciudad de
Ceuta a la que volvía tres meses después. El presidente
correspondía a Caldera regalándole una pluma “para seguir
firmando convenios”.
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