La selección española inició una renovación a la conclusión
de los Juegos de Atenas’04 donde el grupo de Joan Jané acabó
en la sexta posición. Llegó Rafa Aguilar y el nuevo
seleccionador apostó por jugadores jóvenes, con calidad y
competitivos, pero con poca experiencia internacional. En el
2005 España ganó los Juegos del Mediterráneo en Almería y
acabó quinta en el Mundial de Montreal; en el 2006 bronce en
la Copa del Mundo de Budapest, plata en la Liga Mundial y
bronce en el Europeo de Belgrado y este año otra medalla de
bronce en el Mundial de Melbourne, donde Guillermo lideró al
equipo nacional y fue elegido, pese a no jugar la final, el
mejor jugador del torneo. La siguiente cita es la Olimpiada
de Beijing’08, que serán los segundos Juegos para el
waterpolista ceutí. “España está en el camino de conseguir
el oro en los próximos Juegos o como mínimo una medalla,
aunque otras seis o siete selecciones tienen posibilidades
de pelear por las medallas. Yo soy ambicioso y en Pekín
quiero el oro”.
Del equipo nacional destaca “la ambición y las ganas de
triunfar; somos jóvenes con ‘hambre’ y eso se nos ve en el
agua”.
Guillermo Molina incide en que “todos los componentes de la
selección tenemos muchas ganas y como mínimo estaremos dando
guerra cuatro o cinco años más”, asegura entre risas el
waterpolista.
Esto significa, según el jugador ceutí, que “el waterpolo
español vuelve a estar en lo más alto porque nos hemos ido
dos jugadores a Italia y otros han recibido ofertas, aunque
finalmente han decidido quedarse en España. Tenemos muchas
ganas de conseguir medallas en todas las competiciones”.
A sus 23 años la retirada queda muy lejos, pero asegura que
“jugaré siete u ocho años más porque a los 30 creo que la
selección empezará a estar lejos; aunque espero que me
tengan que echar”, concluye.
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