'Vyamsat', o ‘Vigilancia de Yacimientos Arqueológicos
Subacuáticos Mediante Satélite’. Este es el proyecto que la
empresa de arqueología ‘Nerea’ ha diseñado junto a ‘Decasat’,
la otra ‘spin off’ que tiene la Universidad de Málaga.
Empeñados en acabar con el expolio y con la experiencia
arqueológica submarina como aval, se lanzaron a la batalla
contra los ‘cazatesoros’. El programa localiza un pecio, y
después solo tiene que establecer un polígono en la zona
para que el satélite ‘Quickbird’ facilite una cadencia de
imágenes de esa área. El sistema, heredero del empleado para
control agrícola y urbanístico, consiste en un software que
trata las fotografías, las compara y detecta los movimientos
de barcos sospechosos. Las primeras pruebas en el área de El
Estrecho las están llevando ya a cabo. El objetivo es que
entré en funcionamiento en relativamente poco tiempo.
“Es una lucha directa contra ‘Odyssey’, de hecho creo que
somos los más críticos con ellos por todo lo que han robado
en aguas españolas. Roban el pasado y comercializan con
ello”, sostiene el gerente de ‘Nerea’, Javier Noriega.
La caza de tesoros submarinos se clasifica en tres términos:
‘profesional’ como Odyssey, los expoliadores ‘veteranos’
(buceadores que conocen el terreno) y el tercer tipo, el más
extendido en las aguas próximas a Ceuta, el tipo ‘souvenir’.
En esta clasificación están todos los turistas y ciudadanos
que, por puro desconocimiento, se llevan pedazos de la
historia de recuerdo a casa. “Hay que concienciar a la
sociedad de que esto es como robar su legado histórico a sus
descendientes ”, sentencia convencido Noriega.
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