¡Qué negativos y vengativos, además de desagradecidos, son
algunos políticos del PP! No basta con constatar que Ceuta
es la parte proporcional del país que más ayuda económica
recibe del Gobierno, si no que quieren exprimir hasta las
semillas del limón con todo lo que sea ir en contra del
Gobierno; al que acusa de actos electoralistas cuando, la
verdad sea dicha, son ellos mismos, los peperos, los que
vienen haciendo campaña electoralista desde que salieron
botados de sus poltronas por el voto del pueblo.
Antes de que viniera el ministro Caldera, apagaron
temporalmente las calderas del odio y pusieron caras de no
romper nunca un plato. Usaron el cepillo porque tres
millones de euros hacen ese milagro.
Si un diputado por Ceuta comenta en el diario local las
declaraciones de un diputado andaluz del partido socialista,
sobre vuelos y derivados, con el sonsonete mil veces
repetidos por los componentes de la cúpula pepera, pero
llevado a nivel regional, y asegura en su exclamación que
ese diputado andaluz pretende engatusar a los ceutíes de
cara a las elecciones… vamos a ver, en primer lugar yo
ignoraba que los ceutíes votamos a los diputados andaluces
¿no es Ceuta autónoma? Y en segundo lugar ¿quién engatusa a
quién?
Un diputado socialista, perteneciente al ámbito autonómico
andaluz, declara sobre el Secretario General de Transportes
sobre ciertas POSIBILIDADES de extender las bonificaciones
en el sector del transporte aéreo. Una cosa muy clara es que
no asegura nada, lo contrario de lo que afirma éste diputado
elegido por el pueblo ceutí, y sí manifiesta que existen
posibilidades (así lo manifiesta el mencionado diputado
caballa, también) y por tanto NUNCA PUEDE SER UNA COSA
SEGURA cuando son posibilidades. ¿Dónde está el
engatusamiento?
Las tomaduras de pelo al pueblo llano, el pueblo que da sus
votos, es una constante de los políticos del PP. No aciertan
ni a meter una aguja entre las piernas de cualquiera de los
Hércules que adornan la entrada del puerto y encima quieren
meter un gol al pueblo a través de declaraciones sin
fundamento que las ampare.
Cuando gobernaba Aznar… ¿no podían pedir un aeropuerto para
Ceuta? Bueno, dejémonos de la memoria histórica y
centrémonos en el presente. Así y todo no tiene pies ni
cabezas las informaciones que acompañan a éste diputado
ceutí que SÍ SABE ENGATUSAR A SU PROPIO PUEBLO con palabras
tan vacías de contenido como demostradoras de un falso
continente. Si una de las notas dice que “Supuestamente una
normativa de la UE impedía los vuelos con Ceuta…” Sobra eso
de “supuestamente” y cualquier ciudadano con un poco de
paciencia y poseedor de una red puede consultar en Internet
cualquier normativa que haga referencia a ese
“supuestamente” que pasaría a ser “enfáticamente”.
Si por una parte dice que el Gobierno de Zapatero (ya estará
cansada la madre del Presidente de ver su apellido aireado
tantas veces) impidió los vuelos entre Ceuta y Gibraltar…
por otra parte dice que lo de “supuestamente…”. ¿En qué
quedamos? Es Zapatero o es la UE. Todo sea por tratar de
allanar el camino para conseguir votos. Todo sea contra
Rodríguez Zapatero. Qué ilusos, desde el descalabro de su
propio líder en el Debate de la Nación, la credibilidad de
los peperos, a nivel nacional, está solamente mantenida por
sus más fervientes fieles.
Yo me permitiría aconsejarle, al diputado ceutí, que vaya a
hacer campaña en el País Vasco o en Cataluña. Que son las
comunidades que menos votos otorgan al PP cuando son
elecciones generales a nivel estatal. Cataluña sobre todo,
porque con la dimisión de Piqué, el PP quedará más
desamparado que el pobre que esta tarde pedía limosna en la
puerta del mismo Palacio de la Asamblea.
Los ceutíes no necesitan que trate de convencerlos. Están
“pasmaos” con su presidente y, la verdad por delante, los
votos de Ceuta importan una higa a los mandos nacionales.
Porque dos “diputaos” son fácilmente “puteaos”, son meras
figuras decorativas que sólo son usadas para votar las
decisiones del partido y poco más. En el conjunto del
Congreso o del Senado, Ceuta y Melilla cuentan tan poco
porque carecen de diputados “tarzanes” que luchen de verdad
por sus ciudades, exigiendo legislaciones con la que
reforzar las condiciones socio-políticas y económicas de la
misma. No para ir al Gobierno con peticiones chascarrilleras,
con peticiones con cara de gato compungido, Antonio Banderas
tiene experiencia en ello.
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