El incremento de los controles policiales tanto en Marruecos
como en la frontera del Tarajal, a consecuencia de la alerta
antiterrorista decretada en España, produjo una consecuencia
indirecta en Ceuta, la reducción de los robos masivos de
vehículos que se efectuaban en la ciudad desde hacía meses.
Las motocicletas pasaron a ser entonces el botín buscado por
los ladrones.
Éstos vehículos, de pequeña cilindrada, eran facilmente
robados, desmontados y vueltos a montar ya en Marruecos. De
hecho, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violencia
encargada de la investigación explicó que posiblemente los
porteadores del Biutz fueran utilizados para estos
menesteres. “Estas piezas, de pequeño tamaño, son fácilmente
ocultadas entre los bultos de los porteadores”, indicaban
fuentes de la investigación.
El mercado de la venta de vehículos y motos robados en
Marruecos sigue siendo una actividad muy golosa para los
delincuentes. Estos productos además de ser más baratos que
los que se ofrecen en el mercado marroquí, ofrecen garantías
de construcción y de calidad, de ahí que la ganancia esté
asegurada.
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