La Asamblea de la Ciudad Autónoma inició ayer formalmente el
nuevo ciclo político en el Palacio autonómico con la sesión
constitutiva de la misma, que se prolongó durante algo más
de tres cuartos de hora y sólo sirvió para ratificar lo que
ya era sabido: que Juan Vivas seguirá cuatro años más como
presidente de la Ciudad, con lo que completará una década al
frente de la misma, y que la Mesa Rectora de la Cámara
seguirá compuesta íntegramente por cargos electos del PP, en
este caso con Rabea Mohamed como vicepresidenta primera y
con Jaime Wahnon como vicepresidente segundo.
Con estos integrantes, el Grupo Parlamentario Popular
termina de plasmar en el órgano institucional la pluralidad
cultural ceutí: después de que durante los últimos cuatro
años la miembro de la comunidad hindú Kissy Chandiramani
ocupase el cargo que desde ahora desempeñará Mohamed, con el
miembro de la comunidad judía Jaime Wahnon las cuatro
culturas habrán estado sentadas junto al presidente en el
Pleno.
En una mañana de gestos más que de hechos noticiosos, este
fue [a la espera de que alguien explique qué hacía la única
persona declarada oficialmente ‘non grata’ por la Ciudad
deambulando de forma notoria, sonriente y muy saludada por
los pasillos del Palacio autonómico] quizá el más
sobresaliente de una sesión que comenzó presidida,
atendiendo a las reglas de la Mesa de Edad, por el más
veterano de todos los diputados que ayer tomaron posesión de
sus escaños, Pedro Gordillo.
A su vera, le escoltaron la más joven de la Cámara, Kissy
Chandiramani, y la secretaria general de la Asamblea, María
Dolores Pastilla, que llevó las riendas de una sesión que,
por lo exhaustivamente regulada que está en el Reglamento de
la Asamblea y el Estatuto, deja poco margen a las sorpresas
y acaba resultando un tanto soporífera.
“Servir fielmente a España”
A partir de las 12.00 horas y con puntualidad británica,
algo por lo que no se ha caracterizado la casa durante la
última legislatura, los 25 diputados electos desfilaron por
orden alfabético ante Pastilla para jurar (en el caso de
casi todos los representantes del PP) o prometer (el resto),
con la mano sobre un ejemplar de la Carta Magna, “servir
fielmente a España y a la Ciudad de Ceuta; acatar la
Constitución y el Estatuto de Autonomía; guardar y hacer
guardar las leyes; respetar los derechos y libertades de los
ciudadanos; guardar fidelidad al rey y cumplir fielmente las
funciones de diputado [o diputada] de la Asamblea de la
Ciudad de Ceuta”.
Simultáneamente, todos ellos recibieron la medalla
correspondiente como miembros de la Cámara [que utilizarán
en contadas ocasiones durante el resto del año, como en el
momento de procesionar tras la Virgen de África, el Día de
Ceuta o en la toma de posesión de su cargo del presidente
ceutí] y un pin “de los buenos”.
Ya oficialmente como representantes institucionales de la
ciudadanía, Gordillo pidió a los grupos que presentasen a
sus candidatos a la Presidencia de la Ciudad, a lo que
atendieron todos ellos: Yolanda Bel postuló en nombre del
Grupo Parlamentario Popular, como era obvio, a Juan Vivas;
Abselam Maate (UDCE-IU), a Mohamed Ali y Ahmed Idris a la
socialista Inmaculada Ramírez.
Tras emitir sus votos, secretos como manda el Reglamento, el
de Vivas fue el más repetido por lo que, como tampoco podía
ser de otra manera, fue reelegido presidente, designación a
la que siguió una cerrada ovación de todos los presentes,
entre los que se contaban el delegado del Gobierno, Jenaro
García Arreciado; el nuevo comandante general, Enrique Vidal
De Loño; y representantes de la clase política, económica y
social de la ciudad como Francisco Antonio González Pérez,
Nicolás Fernández Cucurull, Basilio Fernández, Luis Moreno o
Rafael Montero Ávalos, entre muchos otros.
Con el resultado de la votación camino de Zarzuela y La
Moncloa, Vivas regresó al que ha sido su asiento durante los
últimos seis años y, desde allí, comandó la votación para
elegir a los vicepresidentes de la Mesa Rectora, para lo que
ya estaba cantado que los Populares se dividirían en dos
grupos homogéneos: diez votaron a Mohamed y nueve a Wahnon.
Haddu Musa y Ahmed Idris sólo recibieron el apoyo de los
suyos, con lo que la oposición volverá a estar fuera de este
órgano institucional de nuevo pese al disgusto de Ali (menor
desde que Vivas se comprometió a “reforzar” el papel de la
Junta de Portavoces en el futuro próximo).
Cerrado el acto, que transcurrió en un ambiente relajado y
distendido hasta el punto de que Gordillo se vio obligado a
pedir silencio al auditorio, repleto por una vez [en una
sala anexa se instaló una pantalla para que los que no
pudieron tener sitio siguiesen el acto], los veinticinco
diputados se dirigieron al Salón del Trono para cumplir con
la protocolaria foto de familia y, a renglón seguido,
pronunciar sus primeras palabras ante los medios de
comunicación
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