“Hasta ahora la experiencia dentro de la Unión Europea por
lo que a la política energética se refiere no ha sido una
experiencia fácil porque muchas veces se percibe dentro de
la Unión, la Comisión, del Consejo de Ministros una especie
de doble actitud: por un lado, se declara europeista
claramente y por otro, cada uno de los países defienden
antes su intereses nacionales antes que los colectivos de
todos los ciudadanos europeos”. Estas palabras resumen la
exposición del catedrático de política Económica y consejero
del Banco de España, José María Marín.
Este juego de intenciones es “especialmente visible” en el
mercado energético de la UE, porque si la Unión ha avanzado
en la política monetaria común, no lo ha hecho en Asuntos
exteriores, defensa o energía, según Marín. “Muchos de los
estados europeos aún mantienen una herencia muy próxima
derivada de los monopolios energéticos emergentes que
estaban presenten en los países de la Unión. Algunos de
ellos están aún muy cerrados como Francia y Alemania, en
contra de lo que a veces se dice. En España no están las
cosas fáciles, es algo que tenemos encima de la mesa”,
explicó el conferenciante.
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