Tanto los moradores como los vecinos de edificios
colindantes se encuentran en serio peligro ante un probable
derrumbe del edificio ubicado en Galea número. Ese es, al
menos, el pronóstico y la alerta que comunica la actual
propietaria del inmueble, Construcciones Punta Almina, que
lo adquirió en 2005.
El asunto cobra importancia desde que surgió la polémica
cuando varios inquilinos se niegan a considerar el estado de
ruina técnica decretada, ni los informes aportados por la
constructora que indican los serios daños de la estructura
de un inmueble de ochenta años de antigüedad que no ha
contado con informes de su situación hasta la llegada de la
constructora en 2005.
“Le puedo garantizar [habla Javier Guerrero, uno de los
responsables de la constructora], que hemos hecho todos los
esfuerzos necesarios, para poner de manifiesto el estado
actual del inmueble, y el peligro real y posiblemente
inminente, que están corriendo sus moradores, pero todo ha
sido inútil”, se lamenta. Guerrero niega que el supuesto
interés esté presidido por motivos económicos. Algo que
respaldaría el hecho de que “ni siquiera hemos puesto al
cobro recibos de hace mas de veinte años que deben
muchísimos de los que dicen tener derechos, aunque ignorando
las obligaciones”, indicó.
“No hay más que ver –puso como ejemplo-, que algún que otro
inquilino debe su estancia en el inmueble, al sistema del ‘butrón’;
es decir, abrir un agujero y apoderarse de una vivienda por
las bravas”, denunció.
“Profesionales irresponsables”
Javier Guerrero se lamenta igualmente de los consejos de los
“salvadores”, como califica a quienes “alientan a los
inquilinos jugando con su seguridad”, a los que llamó
“profesionales inconsecuentes e irresponsables emitiendo
informes de que el edificio se encuentra en buenas
condiciones. ¿Serán estos técnicos responsables en supuestos
de catástrofes, o recurrirán a las interpretaciones que les
resulten más favorables?”, se preguntó.
Este responsable de la empresa propietaria actualmente de
inmueble defendió que Construcciones Punta Almina “en su
ánimo de averiguar sin paliativos la realidad completa y sin
disimulos del inmueble, encargó a un Laboratorio de
Ingeniería y Control de Calidad (VORSEVI S.A.), un informe
completo”. Javier Guerrero relató a EL PUEBLO que al
comenzar los trabajos de campo de la empresa de ingeniería,
dieron comienzo las denuncias de los vecinos por entender
que lo que se realizaba eran obras ilegales; causa que
obligaba a la Policía Local a acudir a diario al inmueble
“para terminar emitiendo un informe en el que se indicaba la
normalidad sobre la realización de trabajos de apuntalado,
catas o calicatas”.
“¿Cómo se puede efectuar un informe de estructura sin ver
los sillares del edificio? ¿Cómo se puede informar sobre el
estado de las vigas, sin desprender los falsos techos de
cañizo y escayola que los oculta? ¿Cómo se puede dejar luego
estos materiales desprendidos, gravitando sobre suelos tan
inestables y ruinosos?” se preguntó Guerrero. Efectivamente
se solicitó una licencia de ocupación de vía pública y los
obreros de la constructora “se dedicaron a sacar estos
escombros. ¡Están derribando el inmueble…! decían”.
“Hemos sido denunciados por un acoso inexistente, y nuestro
personal, ha debido sufrir insultos reiterados, e intentos
de agresión que hemos denunciado con sentencias
condenatorias en algunos casos”. Sin embargo, este
responsable de ‘Punta Almina’ considera que la empresa está
abierta al diálogo “y a la concordia”, aunque no contemplan
nada de ello con quienes “se han empeñado en decir que les
demos una casa por narices, ni con quienes se han llevado a
vivir con ellos a otros familiares, porque creen que ha
llegado la hora del reparto de viviendas. Con esos
oportunistas, nada tenemos que hablar”, se mostró rotundo.
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