Ha cobrado actualidad nacional la situación de la seguridad
en Ceuta respecto de las amenazas terroristas de Al Qaeda
que, una vez más, ha sabido enviar un mensaje con amplio
recorrido mediático. Nombrar España y, en concreto Ceuta y
Melilla, es sinónimo de éxito en cuanto a la repercusión
informativa y de ‘imagen’ por ende.
Enviados especiales, reporteros... han llegado a Ceuta para
‘descubrir’ -no sin cierto interés- una ciudad multicultural
en el que incidir en los aspectos de convivencia tensa -que
es lo que vende- entre la llamada marginalidad y la
‘opulencia’ como así se ha descrito en alguna que otra
crónica de iluminados descubridores.
A sólo 24 horas de la visita oficial del director general de
la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, el ambiente
que se encontrará no será el más adecuado y, probablemente,
será bombardeado a preguntas respecto de las medidas de
seguridad. Mesquida, ordenó nada más producirse los actos
terroristas en Casablanca un refuerzo de la vigilancia en
seis provincias: Málaga, Cádiz, Almería, Alicante, Ceuta y
Melilla, adonde han llegado nuevos efectivos de ambos
Cuerpos. El control documental y la entrada de personas
centran las actuaciones, reforzadas con personal de paisano.
Los puertos y aeropuertos son objetivo prioritario, aunque
desde el Ministerio del Interior no se apuntan datos sobre
este refuerzo por motivos evidentes que tienen que ver con
la propia seguridad.
El mayor riesgo objetivo se centra en el comunicado de Al
Qaeda. Eso y la inminente celebración de actos destinados a
la campaña electoral para las municipales y autonómicas.
En realidad todos los comunicados son “llamadas” o avisos a
otros radicales que no tienen por qué formar parte de algún
grupo islamista concreto, lo cual acrecienta el trabajo de
las fuerzas de seguridad al tener que vigilar los
movimientos de todo sospechoso
Pero el principal despropósito que debe solucionar la cúpula
de interior para la seguridad en Ceuta es la del control
riguroso no ya de los que entran por la frontera -lo cual
debe ser obvio-, sino que éstos coincidan con los que salen
cada día.. La práctica de cobijarse en barrios periféricos
incrementa el estado de inseguridad. Este es un punto flaco
para la seguridad de Ceuta, reconocida por el delegado del
Gobierno quien afirmó estar en la búsqueda de una solución
inminente.
Colaboración internacional
Por otro lado, es realmente trascedente la colaboración
internacional. Marruecos y Argelia trabajarán juntos en la
lucha contra el terror radical islamista, mientras que las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas y el CNI han
aumentado sus contactos con las policías y servicios
secretos de la zona del Magreb, hasta el punto de que puede
decirse que el intercambio de información “se hace al
minuto”. Aunque las quejas vendrían por parte de los
servicios españoles que trabajan sobre el terreno en Ceuta a
los que poco se les trasladaría desde los servicios de
seguridad marroquíes.
Por un lado estarían las relaciones Rabat-Madrid a un buen
nivel y por otro las relaciones sobre el terreno entre la
policía marroquí y la española en Ceuta. No obstante, España
ha trasladado un grupo de policías y guardias civiles a
Marruecos para tener conocimiento de las investigaciones
sobre los últimos atentados de Casablanca.
Si ‘buena’ es la relación de los servicios de información
españoles con los de Argelia y Marruecos, el mismo
diagnóstico podría decirse respecto a Francia, país
sumamente preocupado por los movimientos que se registran en
el Magreb.
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