Once años le costó a Ángel Acebes (Ávila, 1958) recorrer
todo el escalafón del Partido Popular. Desde que, en 1985,
se afilió a Alianza Popular (AP) hasta que, el 13 de mayo de
1996, José María Aznar le encomendó durante tres años poner
en forma a su partido, recién llegado al Gobierno, como
coordinador general, el ex ministro del Interior, licenciado
en Derecho, fue concejal y alcalde de su ciudad natal,
senador y diputado. Junto a Aznar, al que se le ha asociado
como uno de sus más fieles compañeros, Acebes también fue
ministro de Administraciones Públicas y de Justicia.
Ahora, instalado desde las elecciones generales de 2004 en
un despacho no tan ostentoso como se pudiera esperar de la
cúpula de la sede del PP en la calle Génova de Madrid, de la
que estas semanas cuelga un enorme lazo azul, Acebes sigue
haciendo gala del mismo verbo fácil, ocurrente y
convincente. El pasado martes, diez meses después de que
pronunciase una de esas frases (“El proyecto de Zapatero es
el proyecto de ETA”, 05/06/06) que marcan una legislatura,
el político abulense insiste: “La estrategia del Gobierno
pasa por mantenerse en el poder a costa de aislarnos como
radicales y extremistas mientras cede al chantaje de los
radicales”.
Pregunta: Acabamos de superar el 75% de la legislatura de
Zapatero. ¿Qué balance hace de estos tres años?
Respuesta: Siendo lo más objetivo posible debo decir que muy
negativo. Esta legislatura se podría resumir diciendo que el
Gobierno no ha resuelto ninguno de los problemas que tienen
los españoles en materia de seguridad, de inmigración, sino
que los ha multiplicado. Y además ha creado otros que no
existían y que afectan a cuestiones fundamentales como la
convivencia entre los españoles, el modelo territorial del
Estado o la política antiterrorista.
P: ¿Cuál de los problemas actuales de nuestro país es, a su
juicio, el más grave actualmente?
R: Es difícil escoger porque los tres que he mencionado
afectan a cuestiones básicas. Creo que todos responden a la
falta de una idea de España como nación que padece el PSOE,
que no tiene una idea de modelo de Estado ni de modelo de
convivencia. Zapatero ha dividido a las Comunidades
Autónomas y es grave, pero lo peor que ha hecho es generar
división entre los españoles mirando al pasado y reabriendo
viejas heridas que se habían intentado curar y olvidar.
Hurgar en esas heridas a diario, como ha hecho, es lo peor
que podía hacer.
P: PP y PSOE no dejan de hablar de las bondades del
consenso. ¿Por qué lo practican tan poco?
R: El presidente ha roto la política de los consensos.
Cualquier democracia madura tiene una serie de cosas que
responden a consensos básicos entre los partidos que tienen
opciones de gobernar. Zapatero ha destruido todos los
consensos y España es hoy el único país de Europa que no
tiene ni uno porque todos los ha roto el PSOE, incluido el
de la política antiterrorista.
P: Los socialistas dicen exactamente lo mismo del PP
R: El PSOE tiene una actitud curiosa: como estrategia básica
del Gobierno se ha dedicado a aislar al Partido Popular, a
insultarnos de forma permanente y después a decir que la
culpa es nuestra. La ‘prueba del 9’ de quién tiene la razón
es que con el PP esos consensos básicos en materia
antiterrorista, de modelo de Estado, de acuerdo
constitucional, se han mantenido, y no sólo con José María
Aznar en la Moncloa. También cuando gobernaba Felipe
González, Adolfo Suárez y Calvo Sotelo.
P: O sea, que la culpa la tiene Zapatero
Sí, porque la suya es una política deliberada. A veces se
dice que no tiene estrategia y es un error. Yo creo que sí
la tiene y que consiste en mantenerse en el poder a costa de
aislar al PP y de provocar una crisis en nuestro partido
presentándonos como radicales y extremistas. Para volver a
ganar las elecciones no puede pactar con nosotros porque
entonces ¿cómo va a explicar que se pone de acuerdo en las
cuestiones fundamentales del Estado con un partido tan
radical?.
P: El PSOE se ha buscado otros aliados con cuyo apoyo les ha
dejado sólos en muchas ocasiones, pero ustedes les han
criticado duramente por sus compañías. ¿Sigue pensando lo
mismo?
R: Sí, porque ese cambio de socios lleva aparejado un cambio
de política que ya estamos viendo.
El ‘melón’ estatutario
P: El PSOE abrió, entre otros temas, el de la reforma de los
Estatutos de Autonomía, un proceso que en Ceuta se ha
encallado, esta vez sí, con el acuerdo de ambos partidos.
¿Por qué?
R: A Zapatero lo que le interesaba era pactar con los
nacionalistas más radicales para reformar el Estatuto de
Cataluña. Ahí arranca todo, en el Pacto del Tinell, donde el
PSOE firma que no pactará nada, tampoco en las Cortes, con
el PP, a pesar de que el acuerdo básico era que media España
y quienes la representan nunca más iba a imponer sus ideas a
la otra media. Todo el proceso autonómico se hizo de forma
ordenada y estable porque se pactó entre los dos grandes
partidos. ¿Ahora qué ha ocurrido? Que en vez de pactar con
el PP pacta con los nacionalistas para aislarnos. Ceuta y
Melilla no le importaban nada porque su objetivo era pactar
con los nacionalistas, y mejor con los más radicales.
Zapatero, y ésta no es una crítica al PSOE sino a él, no
tiene modelo de Estado: sigue el que le imponen los más
radicales, de corte confederal.
P: Pero el PP ha firmado también suspender los trabajos del
nuevo Estatuto ceutí
R: Yo creo que debe interpretarse como un gesto muy generoso
por parte de los gobiernos de Ceuta y Melilla, que han
demostrado que anteponen el interés de sus ciudadanos y de
sus instituciones a cualquier interés partidista. Fíjese qué
oportunidad han tenido para politizar este asunto, cómo se
podía haber utilizado contra el Gobierno de la nación. Sin
embargo, el PP de ambas ciudades y sus gobiernos, en una
decisión que comparto plenamente, han decidido apartar la
reforma del Estatuto del debate electoral en aras de un
modelo de convivencia, de un modelo territorial que no puede
estar sometido a intereses partidistas. Han hecho todo lo
contrario que Zapatero y los ceutíes y los melillenses se
pueden sentir muy orgullosos de los gobernantes que tienen.
Política antiterrorista
P: La política antiterrorista también ha dado mucho que
hablar. Usted ha dicho cosas que suenan realmente graves
sobre el Gobierno y ETA. ¿Las cree o es una estrategia más
de comunicación?
R: No, Es que es gravísimo lo que ha hecho. Han ocurrido
cosas que no habían pasado nunca en nuestra democracia: que
los españoles salgan a la calle de manera tan multitudinaria
contra una decisión así [se refiere al ‘caso De Juana’]. Los
hechos han sido tan evidentes y, televisados, nadie puede
rebatirlos. De Juana Chaos tiene más de un año por cumplir
en prisión y no debe gozar de ningún beneficio penitenciario
porque expresa y públicamente ha dicho que no se arrepiente
de sus crímenes. No ha pedido perdón ni ha indemnizado a las
víctimas, pero sí se ha puesto en huelga de hambre para que
le saquen de la cárcel y el Gobierno lo ha hecho.
P: ¿Ahí está la cesión?
R: Obviamente. Pongamos el ejemplo de cualquier delincuente:
un violador dice que si no le sacan de la cárcel y le llevan
a su casa hará huelga de hambre. ¿El Gobierno le mandaría a
su casa? Hacerlo es someterse a un chantaje y cuando accedes
cada vez estás más enredado y es más difícil no reincidir.
Lo de De Juana no es una decisión aislada. Es muy grave
ceder al chantaje porque nunca, ni en las condiciones más
trágicas de cualquier Gobierno, como con Miguel Ángel Blanco
o con Ortega Lara, el Estado de Derecho dijo sí porque
cuando inicias ese camino es complicado regresar.
P: Entonces el siguiente paso será...
R: Ahora toca Batasuna. En muy pocos días vamos a ver cómo
se impone y, también a través del chantaje, vuelve a los
ayuntamientos, de donde les habíamos expulsado. Y después,
Navarra. Es la tesis del mal mayor: una vez que aceptas la
tesis del mal menor... ¿Cuál es? ¿Acatar la amenaza?.
A las urnas “con optimismo”
P: ¿Qué le ha parecido la política exterior del Gobierno
socialista, especialmente hacia Marruecos, nuestro país
vecino?
R: Absolutamente errática. Tanto en Marruecos como en otros
sitios se ha dicho una cosa y al día siguiente la contraria.
En muchos casos esa línea nos ha llevado a una irrelevancia
y a una falta de fortaleza y de firmeza muy perjudicial para
nuestros intereses en todos los ámbitos. Si hubiera que
definir la política exterior con una palabra sería
debilidad, y eso puede traer muy malas consecuencias para
nuestros intereses
P: ¿Cómo encara la próxima campaña electoral?
R: Con optimismo. Donde gobernamos, como en Ceuta y Melilla,
todos los datos apuntan bien porque se ha hecho una gestión
eficaz y honesta que va a merecer la confianza de los
ciudadanos. Donde no gobernamos pensamos que vamos a crecer,
así que debemos ser muy optimistas. El PSOE ha demostrado
que no tiene un proyecto para España, y eso va a pesar
mucho. Cuando careces de proyecto político, se nota.
P: ¿Usted es de los que piensan que el 27-M marcará la
tendencia que se seguirá en las generales de 2008?
R: No, lo he dicho siempre. Unas municipales y autonómicas
no son nunca unas primarias de las generales. En mayo se
votan gobiernos muy próximos, muy cercanos, que se conocen
muy bien y que tienen unas competencias muy claras. En
Castilla La Mancha ganamos en las generales y en las
europeas, pero el PSOE sigue ganando las autonómicas. Es un
buen ejemplo de lo que digo.
P: Pero el contexto político nacional sí influye, aún en
unos comicios locales o regionales, ¿o no?
R: Sí, claro, influye pero no determina, no son unas
primarias. El PSOE se presenta a las municipales y
autonómicas de mayo en la primera ocasión para revalidar
ante los electores la política que está haciendo Zapatero.
Generar problemas tan graves no puede ser en vano.
El “mérito excepcional” de Vivas
P: En Ceuta tiene el PP al candidato que obtiene el mayor
apoyo ciudadano porcentual de España, por encima del 60%.
¿Cómo se analizan sus resultados desde Madrid?
R: Juan Vivas tiene un mérito excepcional, y a veces hay que
decirlo desde fuera. Es una persona muy querida, muy
respetada y con una enorme influencia en la dirección
nacional del partido. En nuestras reuniones periódicas con
nuestros presidentes autonómicos, incluidos obviamente los
de Ceuta y Melilla, no sólo hablamos de lo que les afecta a
sus regiones sino también de política general, de todos los
grandes temas del Estado, y sus opiniones las tenemos muy en
cuenta porque son de una visión muy acertada, muy bien vista
y muy en pro de los intereses generales.
P: ¿El partido tiene la intención, como dice a veces la
rumorología local, de llevárselo a la escena política
nacional?
R: Está haciendo una gestión magnífica y cuenta no sólo con
todo el respaldo, que por supuesto, sino también con todo el
afecto de la dirección nacional del partido porque es uno de
nuestros mejores políticos a nivel nacional.
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