El polígono del Tarajal ha sido una ‘patata caliente’ que
nadie se atrevía a abordar. Algo que ha seguido siendo hasta
hace poco cuando tanto los técnicos responsables de la
elaboración de los proyectos de licencia de apertura y la
Ciudad a través de la Consejería de Fomento, se han decidido
a afrontar un complicado proceso.
Ahora, cuando queda poco tiempo para que se empiecen a
producir las entregas de licencia o los cierres de las naves
lo que quedan son los sondeos que arrojan que 117 naves
están en trámites de regularizarse de un total de 230.
Tal cantidad de proyectos ha llegado a las oficinas de los
técnicos de Fomento gracias a la labor de una serie de
profesionales a los que no les tembló el pulso a la hora de
decidir meterse en un proceso del que no sabían si podían
salir victoriosos. A nadie se le escapa la peculiar
situación del polígono comercial del Tarajal, construido
cerca de la frontera y donde sus principales características
son la desrregulación sobre la que se asientan y la división
y el cambio de manos de las propiedades. El horizonte que se
presentaba ante estos técnicos era el de dar legalidad a una
instalación comercial asentada y construida sobre una
situación algo irregular.
Uno de estos técnicos afirma llevar consigo cerca de una
treintena de proyectos de apertura para naves del Tarajal.
“Me ofrecí porque creí que era una buena oportunidad para
progresar aunque sabía que iba a ser una labor dura. El
precio al que he hecho estos proyectos se puede considerar
como módico”, explicó. En las últimas semanas este
arquitecto que ya es bastante conocido en el polígono ha
recibido numerosas ofertas para llevar adelante más
proyectos. “He tenido que rechazarlos primero porque siendo
sincero, no me veía capaz de sacar muchos adelante puesto
que las condiciones físicas y legales de estas eran
complicadas y segundo porque llevo una gran carga a mis
espaldas”, confesó.
Reenvio de proyectos al Tarajal
El hecho de que 90 proyectos se devolvieran al Tarajal por
parte de Fomento por “deficiencias”, no preocupa en demasía
a este técnico ya que es “normal” que falte información o
haya algún error porque “son pocos los que llevan muchos
trámites”. A juicio de este, la mayoría de expedientes
regresan en busca de “información precisa sobre los
titulares de la propiedad” así como “la presentación
exhaustiva de documentación en materia de seguridad”.
Por otro lado, este técnico denuncia una excesiva
“escrupulosidad” por parte de los técnicos de Fomento que, a
juicio de este, “están pidiendo cosas absurdas”. Las
peticiones irían encaminadas a la obligación de que la nave
tuviera acceso de minusválidos o que contara con una ingente
cantidad de extintores. Dos cuestiones que parecen
razonables, pero que este argumentó: “De qué sirven los
extintores si en la calle no hay boca de incendio, o cómo es
posible que aleguen barreras arquitectónicas si el polígono
no tiene aceras ni pasos para minusválidos”.
En último término, este arquitecto- técnico que aborda la
regularización de un grupo de naves muestra su estupefacción
ante las “contradicciones” mostradas por Fomento en la
circular enviada a los propietarios cuyos proyectos no se
ajustaban a lo reglado. Según este, por un lado se obliga a
un determinado grupo de naves a visar el proyecto por medio
del colegio oficial y acto seguido se exime de tal extremo a
naves de ese mismo grupo por cuestiones de superficie o
seguridad.
La entrega de documentación incompleta anunciada por la
propia Ciudad es fruto, a juicio de este, de este equívoco.
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