La política de gestión de residuos sólidos en la Ciudad
Autónoma está en un momento clave. La polémica se ha
desatado en torno a la construcción de una planta
incineradora contemplada en las partidas presupuestarias del
Estado. Existen movimientos ecologistas y ciudadanos que
exigen una alternativa más respetuosa con el Medio Ambiente.
Una planta de tratamiento de residuos, donde es posible
reciclar aproximadamente el 60 por ciento de la basura que
se genera en Ceuta. Este es el proyecto que defienden desde
la Asociación de Senderistas de Ceuta (AVISCE), quienes han
estudiado el tema desde hace más de dos años.
La implantación de una incineradora en Ceuta plantea un
problema vital, su ubicación, ya que la ciudad por sus
características propias, hace que cualquier construcción de
este tipo se localice muy cerca de un núcleo poblacional. El
Plan Especial de Santa Catalina, elaborado en el año 2000 la
ubicaba en terrenos próximos a la planta depuradora de aguas
residuales (EDAR) cuando en 1993, se proyectó en la barriada
del Príncipe. Sin embargo, la idea de AVISCE, explica su
presidente, Juan Redondo, es aprovechar las instalaciones
actuales de recepción de residuos para ampliarla y crear una
planta de reciclaje. Así se evitaría la ubicación de una
incineradora en un punto conflictivo para los vecinos.
El reciclaje en Ceuta se orientaría a los residuos generados
por los sectores más pujantes en la ciudad: la hostelería,
el comercio y el turismo. Por lo tanto, el cartón, el vidrio
y los residuos orgánicos ganan mucho protagonismo. Y el
compostaje es una salida “real”, como bien argumenta Juan
Redondo, “se puede utilizar como abono para nuestros
montes”. En este sentido, no sólo AVISCE está llevando a
cabo una importante labor de reforestación -con proyectos
como la plantación de aloe vera en las faldas del Hacho-
sino asociaciones como Obimasa o el Rotary club han puesto
en marcha iniciativas medioambientales muy ambiciosas, como
plantar 6.000 árboles en menos de dos años.
Costes
El director general de Calidad y Evaluación Medioambiental
del Ministerio, Jaime Alejandre, ya expresó en mayo de 2005
al respecto, que el reciclaje de residuos orgánicos puede
encontrar un mercado interesante en el país vecino, donde el
suelo agrícola tiene mucho peso y, además, está en proceso
de desarrollo. El problema del traslado de los residuos a la
península no se resolverá con la construcción de una
incineradora en la ciudad, ya que estas instalaciones
requieren un tratamiento de las cenizas y además, suponen un
riesgo de producción de compuestos tóxicos a la atmósfera.
Precisamente, lo que se pretende disminuir con las políticas
medioambientales actuales. El proyecto macroeconómico que se
adjudicó en 1993 sobre la construcción de una planta
incineradora puede encontrar su alter ego casi quince años
después con la construcción de una planta de reciclaje que
crearía puestos de trabajo y supondría aproximadamente la
mitad de la inversión prevista para poner en marcha la
incineradora, según el presidente de AVISCE. La polémica, al
igual que los residuos, se puede reciclar, en este caso, en
debate.
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