Cuando el fútbol pasó de las manos de los jugadores a las de
los entrenadores, apareció la necesidad de los polivalentes.
Los entrenadores tacticistas manejan a los jugadores como
piezas de un tablero de ajedrez y creen que los pueden
acomodar a su gusto. Por eso un jugador que hoy fue
organizador, mañana puede ser central y pasado lateral,
según las necesidades teóricas de cada partido.
Como parten de la táctica, pretenden acomodar a los
jugadores a esa planificación. No respetan sus
características. Los prefieren neutros, para usarlos según
sus pretensiones. Por eso pregonan que el fútbol del futuro
es el fútbol de los polivalentes, el fútbol ajedrez.
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