Los hermanos Rachid y Ahmed Mustafa Mohamed fueron detenidos
en la madrugada del lunes en sus respectivos domicilios
acusados por el juez Baltasar Garzón de un presunto delito
de pertenencia a una organización terrorista islamista.
La noticia, como es natural, sorprendió a su familia hasta
el punto de que su hermana Karima habla de un “mazazo” para
todos y proclama la inocencia de sus hermanos. Se trata de
dos jóvenes de 32 y 24 años que desarrollaban su trabajo
como auxiliar de la Policía Local el primero y como
vigilante de seguridad el segundo. En su entorno laboral más
próximo el conocimiento de las detenciones ha tenido una
acogida bastante diferente en función del hermano sobre el
que se preguntara.
Rachid, el mayor, trabaja como auxiliar de la Policía Local
y antes fue vigilante de seguridad, quienes lo conocen dicen
que es una persona muy religiosa y con un carácter muy
difícil. Ninguno llega a tildarlo de persona violenta pero
algunos ex compañeros dicen de él que es “racista con los
cristianos” y explican que ha tenido algunos roces tanto con
compañeros de trabajo como con personas con las que ha
tenido que tratar durante el desarrollo de sus funciones de
vigilante y de auxiliar de policía.
Aunque el aspecto no es motivo suficiente para encarcelar a
nadie o culparlo de un delito estas mismas personas aseguran
que no les ha sorprendido la detención del mayor de los
hermanos porque “hablando con él, a veces tenía unos
planteamientos muy extremistas”. Sin embargo, para ninguno
es esto motivo suficiente para detener a nadie: “tan sólo se
trata de una persona con la que resulta complicado trabajar,
si es o no un terrorista deberá decirlo el juez”, apuntan.
Diferentes son las reacciones de los compañeros del menor,
Ahmed. Desarrolla su trabajo para una empresa de seguridad
en las instalaciones del hospital civil. Lleva en este
puesto un año, antes fue soldado de Regulares. Su compañero
de turno, que lo ve a diario durante las horas que dura el
servicio, aún no se lo cree. Asegura que es un excelente
compañero, muy amable y simpático que siempre está ayudando
a la gente que llega al hospital “sea musulmana o cristiana”
y afirma que no es posible que esté implicado en un asunto
como éste: “es un chico muy religioso pero cada uno en su
casa puede hacer lo que le venga en gana”.
En la empresa opinan igual, están muy contentos con el
trabajo que ha desempeñado durante este año y no tienen
queja ni de su comportamiento con el público ni tampoco de
su responsabilidad con el trabajo al que nunca ha faltado.
El compañero de turno de este joven residente de la barriada
del Príncipe Alfonso dice que su don de gentes es tal que
incluso le ha solucionado algunos problemas con la gente que
acude al hospital: “a veces los familiares se ponen muy
nerviosos y nos ponen en situaciones difíciles, Ahmed
siempre ha tenido buena mano para estas cosas y ha logrado
que la gente se calmase cuando todo parecía ponerse cada vez
más complicado”, explica.
Con respecto a la posibilidad de que las acusaciones de
vinculación con una organización terrorista fueran ciertas
se muestra bastante incrédulo aunque asegura que, de ser
así, “ sería porque alguien de su entorno le ha comido la
cabeza”.
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Sus familiares los esperan en Madrid
Aunque los detenidos están
incomunicados, la hermana, el padre y las esposas de los
hermanos Mustafa Mohamed han viajado a Madrid con la
intención de traerlos pronto a casa.
“Esperamos que se haga justicia y en uno o dos días podamos
llevarlos de vuelta a casa”, afirma Karima, la hermana. Algo
nerviosa explica que la situación a desbordado a la familia
y que todos sienten “un profundo dolor por este terrible
mazazo” que ha sido su detención. “Son trabajadores y nunca
han dado problemas, jugaban al fútbol y tienen amigos de
todo tipo pero eso no quiere decir que sean unos
terroristas”, asegura.
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