Mi querido hijo mayor, Gabriel
Pineda de las Infantas y yo, su madre pequeña, siempre
acostumbrábamos a detenernos en la callejuela y leer el
mosaico cantado por Federico García Lorca “En el café de
Chinitas, dijo el Paquiro a su hermano: Soy más valiente que
tu, más torero y más gitano”.
Ambos lo musitábamos en voz baja, con la emoción profunda de
quienes siempre hemos sido y nos hemos declarado lorquianos
y hasta visitado el barranco de Víznar “Entre Víznar y
Alfacar, mataron a un ruiseñor, porque quería cantar…” Para
nosotros dos, hijos de emigrantes retornados, él tangerino,
yo rifeña, los sones de Federico tenían un mucho de aquella
algarabía que antaño hablaran los moros de Granada, un son
de jarchas, de ser escrito por Al Yussuf o Ben Sara de
Santarem, los geniales poetas arábigo andalousíes. Con eso
quiero decir que, cuando nos tocan a Lorca, un pijoprogre de
sus tiempos, tan señorito y tan refinado que viajaba a Nueva
York cuando el campesinado en masa era analfabeto, cuando
nos tocan a toda esa belleza del sur condensada en frases,
Gabriel y yo saltamos y nos ponemos bandíos. ¿Qué por que
hablo de Gabriel en presente cuando no está? Pues por una
razón fundamentalísima y muy coherente: porque me da la gana
y si está o no está, eso depende de las creencias de cada
cual. Yo soy católica, apostólica y calorro-rifeña y para mi
está y no me busquen ustedes porque me pueden encontrar,
podemos salir tarifando y acabar en los juzgados con “la
denunsia”.
¿Qué si hoy me ha dado la vena lorquiana? Si. Pero con
fundamento, por el estreno de la obra de esa basura de
Rubianes, que debería lavarse la boca antes de decir el
nombre de un andaluz universal y no tratar, mediocremente,
porque Rubianes es un autor mediocre de nula proyección
intelectual, no tratar de instrumentalizar a un mito español
para aprovechar y cagarse en España.
Aunque a servidora le trae al pairo en lo que se cague
Rubianes y no me considero ofendida, porque él me parece una
mierda y un cobardica que rectificó sus cagadas y dijo que
“Se cagaba en la España de antes, en la España de Federico”.
Es decir, que emitía si carga pestilente sobre la II
República y en aquel Gobierno piojoso y degenerado que
permitió que, en 1931 las hordas marxistas asesinaran
impunemente a católicos y de paso arrasaran con el
patrimonio histórico artístico, quemando obras de arte que
eran patrimonio de la Humanidad. Rubianes, pedazo de mamón
“Sostenella y no enmendalla” rojo anticuado, cagón y
analfabeto. (Esta es una frase que dedico equitativamente a
Rubianes al que, en la redacción de El Pueblo, pueden
facilitar mi dirección, por si quiere decirme algo en la
cara).
Pero que va, ese mindundi no quiere decirle nada a nadie,
porque ha estrenado su obra en Madrid y lo más granado de la
izquierda ha ido a aplaudirle y seguramente a solidarizarse
con su estulticia de autor al que, les aseguro, nadie
concederá un premio internacional de teatro porque es un
ventajista que tiene que tirar del embrujo de Federico para
“crear” y “existir” sin tener que realizar algo tan
interesante y novedoso para él como tener ideas propias y no
instrumentalizar a genios ajenos. Seguro (“de seguro” se
dice en el Palo) que, a partir de ahora, Rubianes, el
renegado traidorzuelo que insultó a nuestra España, recibe
un chorreón de subvenciones públicas para poder elucubrar
sus paridas teatrales, eso es, que se aproveche de la moral
de las dejaciones para hacer su particular agosto pecuniario
y para vivir sus cinco minutos de gloria a costa de
capitalizar el recuerdo de Federico quien, como era de
buenísima familia y procedía de gente bien, nunca necesitó
mendigar ni que le financiaran para crear.
¿Qué si Rubianes asistió al estreno de su obra, aplaudida
nada más y nada menos que por el zarrapastroso de
Llamazares? Creo que no. Porque había en las puertas del
teatro un contingente de españoles con banderas y malos
propósitos y “el amplio dispositivo policial” que es
coletilla muy manida pero muy utilizada. Es decir, que se
monta un dispositivo de guardias y es “amplio”, nunca escaso
o simbólico, siempre “amplio”. “Y yo que me la llevé al río,
creyendo que era mozuela y luego tenía marío…” ¿Qué tiene
que ver la magia de Federico, meridional, sureña, agitanada,
con un tipo insulso como Rubianes que tiene cara de producto
hortofrutícola? Vamos, cara de nabo aguanoso y saberes
escasos porque, se desengañen los recalcitrantes, hoy los
intelectuales y los filósofos occidentales no son de
izquierdas, en absoluto, incluso los que mamaron del
apolillado marxismo del Muro de Berlín se han dado la vuelta
como un calcetín y son unos revisionistas del carajo. La
izquierda progre tiene demasiados condicionantes mentales
como para ser creativa, innovadora e inventora, no lo
olviden: Bill Gates es de derechas.
Y, la izquierda, para mi que está condicionada por el
maldito puñillo cerrado, que era signo muy de moda y muy
contestatario y rebelde hasta los años setenta, pero que
caducó definitivamente con la caída del Muro y encima,
quienes mantienen el puño cerrado tienen todo que perder,
porque nadie puede ponerles nada en la palma de la mano. Los
que estaban en las puertas del teatro donde, el contingente
de izquierdas aplaudía a Rubianes, no eran “grupúsculo de
ultraderecha” que es como suelen llamar a cuando se reúne un
grupo de jóvenes tremendos, con unas pintas fabulosas y otro
de personas de mediana edad, con el factor y denominador
común de enarbolar la roja y gualda. Eran, sencillamente, un
grupo de españoles con distintos matices dentro de la
derecha que vota en conjunto al Pepé, eso si, mucha gente
joven universitaria se nos está apuntando al conservadurismo
más conservador, muy tipo el Partido Republicano de los
Estados Unidos de América, es decir, derecha sin adjetivos.
Nada que ver con los cerriles skin head que, por lo pronto,
estudiar suelen estudiar bien poco y a los nuevos filósofos
tampoco les frecuentan , tal vez porque son extremadamente
jóvenes, extremadamente brutos y andan extremadamente
disparatados. Pero la juventud es una enfermedad que se cura
con el paso de los años y todo el mundo es recuperable. ¿Un
ejemplo? Pues Adolfo Suarez que fue Jefe Nacional del
Movimiento con el Franquillo y luego se recicló en un buen
presidente para la democracia, un exponente de la capacidad
humana para asumir la virtud del reciclaje. ¿Qué si Rubianes
se reciclará? Bueno, cuando vuelva el Pepé a gobernar y
quiera ejercer de chupóptero subvencionado, entonces se hará
progre moderado y enfant terrible pasado de rosca porque, si
no han echado de una puta vez al Albertín Pijín Gallardía a
ese le encanta también ir de “niño terrible cincuentón y
rodearse de progresistas de salón”.
Pero lo importante es que no manipulen la memoria de
Federico y le dejen reinar en nuestros recuerdos como lo que
fue : un hacedor de encajes de bolillos lingüístico y un
moreno de verde luna. Ya lo saben. Está escrito en un
mosaico en una plazoletilla donde antaño se ubicara el viejo
café, está escrito y releído por Gabriel y por Nuria “En el
café de Chinitas, dijo el Paquiro a su hermano: Soy más
valiente que tu, más torero y más gitano”.
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