La última ponencia del día corrió a cargo de Francisco Sanz,
director del centro penitenciario de Huelva y coordinador de
los centros de Andalucía, Ceuta y Melilla. Bajo el título
‘Ley 5/2000 en relación a la Ley Penitenciaria. Similitudes
y Diferencias’, el experto disertó sobre los parecidos
razonables entre la vida de un menor y un adulto cuando
ingresan en un centro o en prisión. A su juicio, los jóvenes
“no tendrían que estar” en centros penitenciarios porque, a
la larga, la reinserción en sociedad es compleja. Una vez en
la calle, “la reeducación es enormemente complicada y, al
final, sólo es posible con el apoyo social”.
Durante la charla, en la que estuvo acompañado del anterior
ponente, Manuel Saavedra, director del centro de reforma de
Oria (Almería), Sanz explicó que los centros tienen como
“prioridad absoluta” el trabajo, los talleres y las
actividades de esparcimiento para la juventud ingresada,
pero el problema estriba en que, a pesar de ello, la
reincidencia es más que habitual. “Hay chicos que han
entrado hasta 80 veces”. A este respecto, se mostró
conciliador, pero lamentó que conseguir que “25 internos no
vuelvan es todo un éxito”.
A lo largo de la ponencia, mostró imágenes del centros e
Huelva en el que trabaja para mostrar que la normalización
“si es posible” y “no tienen porque ser espacios tétricos”.
La clave, a su juicio, estriba en “la voluntad común de
buscar un cambio”.
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