Los argumentos con los que
trabajaba la llamada Mesa por la Economía para buscar alguna
solución la crisis de Ceuta son de sobra conocidos: comercio
en declive, desempleo alarmante, carencia de recursos
propios, falta de alternativas para la industria, escasez de
suelo edificable...y un largo etcétera, muchas veces
detallado. Lo que faltaba son las soluciones. Y sobraban,
entonces, las esperas innecesarias.Por eso se creó la Mesa.
Se decidió, hace meses convocar una reunión urgente entre
los agentes sociales y las administraciones públicas que
debía consensuar salidas a la crisis económica que amenazaba
con convertirse en crónica. Y ahí quedó todo. En una con-vocatoria
anunciada que ni acaba de cristalizar, ni cristalizará.
De momento, los llamados agentes sociales, sin-dicatos y
empresarios, habían hecho su parte del trabajo y habían
elaborado un un catálogo de propuestas sencillas y de fácil
puesta en práctica entorno a los cuatro pilares de la
economía ceutí: comercio, impues-tos, industria y
construcción. Quedaban por tanto por ponerse en pie las
otras dos patas de la Mesa de la Economía: las
administraciones públicas: Ciudad y Delegación del Gobierno
en Ceuta. Las que tienen la potestad para tirar de un carro.
Pero no va a ser posible.
Era urgente y necesario ponerse manos a la obra y aplicar,
que no buscar ni estudiar, medidas que impulsaran la
economía. Medidas urgentes a largo plazo que garantizaran el
desarrollo económico ceutí. Una urgencia cuya aplastente
lógica no parece calar en los poderes públicos, empeñados en
soluciones subvencionadas a corto plazo. Quizá no basten los
parches de los sucesivos Planes de Empleo.
Son necesarias alternativas que equilibren la economía
ceutí, volcada en los servicios, el sector másdebilitado;
quizá sea necesario potenciar otros sectores creadores de
empleo, léase sector primario y/o secundario, aquejados de
raquitismo; es vital además replantear el sistema fiscal,
rasgo distintivo de Ceuta, optimizando una de las pocas
ventajas de la economía caballa y convertir las presuntas
debilidades, como la condición de frontera terrestre de la
UE en virtudes potenciales. Y hay que hacerlo con urgencia.
La crisis no espera.
Los agentes sociales están a punto de tirar la toalla por la
falta de respaldo, una muy mala señal.
|