Después de que los parámetros en
los que nos han saludado, a los ceutíes, los renovados
criterios de la conocida intercambiabilidad -una vez
concluída la ya célebre Operación Paso del Estrecho-, los
ciudadanos han puesto el grito en el cielo, pero también han
mostrado preocupación las diferentes instituciones y
organismos que sustentan la vida política y social de la
Ciudad Autónoma de Ceuta. Un hecho, éste, que ha provocado
que el Ministerio de Fomento haya ‘llamado’ la atención de
las navieras en orden a que se recupere el verdadero
espíritu de la intercambiabilidad.
Dicho y hecho, el delegado del Gobierno anunciaba ayer la
pronta resolución de medidas adoptadas por las propias
navieras con el objeto de que los ciudadanos sean
efectivamente los receptores de unas medidas que deben
favorecerlos y nunca perjudicarlos, sobre todo cuando son
estos los usuarios natos y obligados al uso de un transporte
marítimo que se convierte en el más común enlace con la
geografía peninsular de su país. Para hoy se ha anunciado
una reunión entre el diputado De la Encina, el secretario
general de Transportes y el director general de la Marina
Mercante.
Pero la otra noticia del día, lúgubre en su naturaleza,
colocaba a Ceuta en el punto protagonista de la página de
sucesos de los distintos ‘noticiarios’ nacionales. El
asesinato de la pequeña Suhaila, que hoy será enterrada, se
convertía en la sinrazón más inexplicable y en el hecho más
grave de cuantos sucesos ha padecido la ciudad en su
reciente historia. La policía busca al asesino, la
española... y la marroquí que también está en alerta. Ojalá
acabe el autor en la cárcel y por mucho tiempo.
Y, finalmente, Marruecos ha dicho al regalo de vehículos
todoterreno si, pero ha rechazado buena parte de ellos dado
que España pretende introducirlos por Ceuta. El gobierno
marroquí, sí mira el diente del caballo, y le ha advertido a
España que se guarde los vehículos antes de que los ‘entre’
por Ceuta. ¿Qué pasará?.
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