Un día después del asesinato de Suhaila en las Caracolas,
los vecinos de la zona exigían justicia ante un crimen en el
que el autor continúa desaparecido. El desconcierto general
abrió la baraja de posibilidades sobre el paradero del
homicida. La segunda víctima del suceso, la madre de la
menor, recibía, ayer por la mañana, el alta médica en el
hospital civil donde había ingresado la noche anterior en
estado de shock. Acto seguido, fue trasladada a la casa de
la abuela de la niña, sita en la calle Fuertes de la
barriada Príncipe Alfonso. Allí, aparte de contar con la
visita del presidente de Ceuta, Juan Vivas, y del grueso del
grupo Socialista, fue atendida por los psicólogos de la
Ciudad Autónoma que la indicaron el tratamiento oportuno
para su restablecimiento.
La visita de solidaridad de los representantes políticos fue
precedida de las palabras que el presidente quiso
transmitir, el día anterior, en el congreso nacional de
Hermandades de Penitencia, en Medina del Campo, al
manifestar su “más enérgica condena” al asesinato de la
menor. Una noticia “dramática” el que una niña de siete años
perdiese la vida por una acción “criminal y brutal”. Al
respecto del autor, añadió su esperanza de que sea puesto a
disposición judicial “lo antes posible” con la ayuda de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Ayer tarde, sobre las 19 horas, la policía científica
iniciaba las labores de investigación pertinentes en la casa
donde habían tenido lugar los hechos. Dos horas después, la
secretaria general del PSOE, María Antonia Palomo,
acompañada del resto de miembros del partido, se acercaba a
la residencia de la abuela de Suhaila para acompañar a la
familia. Media hora más tarde, recién llegado de Castilla
León, Juan Vivas y la mayoría de integrantes del Ejecutivo
también quisieron dar su pesame al entorno familiar al
visitar a la madre de la niña.
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