La escuela de Enfermería de Ceuta
conseguirá, a lo largo de los cursos venideros, su histórica
reivindicación de pertenecer plenamente a la Universidad de
Granada. Y será a lo largo de ‘varios cursos’ porque la
integración se efectuará de un modo “gradual”, lo cual puede
implicar que el primer año sólo se haga efectiva para los
alumnos de tercer curso y se vaya ampliando anualmente al
resto de los cursos. Esta fórmula, aún sin confirmar
oficialmente, parece fácil de aplicar entre los alumnos pero
acarrea problemas a la hora de valorar las condiciones de
los trabajadores, que apuestan por una integración inmediata
y a todos los efectos.
Si el tecer curso es el primero que pasa a ser financiado
por la Universidad de Granada, sus alumnos dejarán de pagar
la gruesa tarifa trimestral de 470 euros y los profesores
que impartan estas clases pasarían también a depender de
esta universidad, sin embargo los alumnos de cursos
inferiores seguirían pagando las cuotas que sirven de
sustento a la facultad: a sus profesores, personal
administrativo y de servicios e instalaciones. El proyecto
que la Universidad de Granada debe redactar por encargo del
Ministerio de Educación y Ciencia deberá dejar bien claro
quien asume durante los años de transición los gastos de
cada una de las partes integrantes, y aunque una fórmula
híbrida sería posible, también implicaría negociaciones y
flecos que obligarían a hilar muy fino al redactor de dicha
planificación.
Por otro lado, está el asunto del reconocimiento del
personal docente. Algo más de una veintena de profesores, el
más joven con quince años de experiencia docente en Ceuta,
pasarán a depender de la Universidad pública, lo cual
implica una subida salarial en la que se deben tener en
cuenta sus méritos y antigüedad. La transición de la escuela
de Enfermería aún debe, por tanto, encontrar el modo de
materializar el compromiso obtenido.
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