El acuartelamiento ‘García Aldave’ fue ayer escenario de los
actos conmemorativos del ochenta y seis aniversario de la
Fundación de la Legión. Una unidad de élite y de vanguardia
que tuvo su primera ubicación en el cuartel del rey de Ceuta
y que, aunque ya conoció tiempos mejores en la Ciudad
Autónoma, sigue siendo honra local y objeto de simpatía e
interés por parte de todos los agentes sociales y políticos.
Ante la presencia de múltiples familiares y amigos, mandos y
personalidades, las diferentes unidades del Tercio Duque de
Alba de La Legión formaron en el patio de armas del García
Aldave con puntualidad y disciplina, a las 12,30 horas del
mediodía. Bajo el mando del coronel Alfonso Timón González y
con el teniente Javier Veiga Jasalla portando la enseña
nacional, las tropas permanecieron firmes hasta la llegada
del comandante en jefe de Ceuta, el general de división Luis
Gómez-Hortigüela, que acompañado por el presidente de la
Ciudad, Juan Jesús Vivas y el delegado del Gobierno, Jenaro
García-Arreciado, autorizó el inicio y desarrollo de los
actos.
La secuencia de actos se inició con la incorporación de los
Guiones a las unidades ya formadas, seguido de la
incorporación de la enseña nacional y el paso de revista a
las fuerzas. A continuación se leyó el Real Decreto de
Fundación de la Legión, un texto que data del 20 de agosto
de 1920 y que es ratificado por el entonces monarca S.A.R.
Alfonso XIII.
Condecoraciones
En el capítulo de condecoraciones, el teniente coronel
Fernando Ortiz Díaz-Hellín recibió la Placa de la Real Orden
de San Hermenegildo, mientras que los brigadas Francisco
Seglar Gutiérrez y Miguel González Mateos recibieron la
Encomienda de la misma Orden de San hermenegildo. Estos
reconocimientos se conceden a los militares que cumplen un
determinado número de años de servicio sin que su expediente
haya acusado faltas de gravedad o consideración.
Recibieron la Cruz al Mérito Militar con Distintivo Blanco
el sargento 1º Francisco José Martínez Pacheco y los cabos
1º José Fernando Texeira Rodríguez, Francisco Cernadas
Hernández, Gabriel Moreno Barba, Raúl Tebar Pérez y José
María Borja Domínguez, además de los cabos Diego Martínez
Delgado y Brahim Abdelkader Abselam. Esta cruz distingue a
aquellos que se destacan en el ejercicio de su trabajo.
Por este mismo mértito les fue entregada la Cruz de Plata a
la Constancia en el Servicio al cabo mayor Francisco Conde
Mayoral, el cabo 1º Claudio Montero Domínguez y el cabo Luis
Carrascosa Linares, mientras que el cabo 1º Fernando
Rodríguez Tubio recibió la Cruz de Bronce también a la
Constancia.
Por último, recibieron menciones honoríficas el brigada
Pedro Caaveiro Condocia, los cabos 1º Francisco Díaz Villa,
Fernando Pérez Bencandil, Juan Carlos Guerra Roma, Enrique
Massa Pelayo, Rachid Mohamed Abselam, José Luis Iribarne
Espinosa, Emilio Ortega Dotor, los cabos Abdemi Abdelkader
Abselam y Miguel Romero Vázquez, el soldado Sergio Rey Capel
y los caballeros legionarios Juan Manuel Pérez Ratón y
Manuel Criado Medina.
Premios especiales de La Legión
Debido a la celebración del aniversario de la fundación de
la unidad a la que sirve, el Tercio Duque de Alba 2º de La
Legión otorgó una serie de premios específicos. El premio
Millán Astray fue ofrecido al cabo Miguel Romero Vázquez; el
premio teniente coronel Valenzuela lo recibió el caballero
legionario David Mora de la Torre; el premio Comandante
Franco fue a parar a las manos del cabo 1º Francisco López
Ayala y el premio Cabo Sucesos Terreros lo compartieron el
cabo Abdeluahed Mohamed Ahmed y el cabo 1º Antonio Puerta
Hurtado.
El nombramiento de Legionario de Honor, un distintivo que se
concede en agradecimiento a aquellas personas que han puesto
de manifiesto un especial cariño hacia La Legión, cumpliendo
de manera implícita con todas las virtudes del ‘credo
legionario’, recayó en José Montes Ramos, historiador,
escritor, promotor inmobiliario y ex presidente de la
Hermandad de Cofradías de Ceuta.
Espíritu legionario
El coronel jefe del tercio Duque de Alba de La Legión,
Alfonso Timón Sánchez, destacó en su discurso la celebración
de una fecha alegre, “de unión y camaradería que acrecenta
nuestro espíritu legionario”, aunando motivos de
“celebración, reflexión y renovado compromiso”. El coronel
tuvo una mención para el pueblo caballa, a cuya ciudad está
ligada la Legión desde su nacimiento, “compartiendo un
vínculo de historia y vida”. Alfonso Timón recordó que la
Legión fue creada como una unidad de infantería de élite,
“dispuesta a ocupar siempre puestos de vanguardia, preparada
para combatir y asumir los puestos de mayor riesgo y
fatiga”. El coronel Timón comparó las virtudes militares que
adornan este cuerpo de élite con las que deben encabezar la
vida de los ciudadanos, “pues para ser un buen legionario
hay que ser un buen soldado y un buen ciudadano. Ciudadano
de conducta ejemplar que prestigia el uniforme que vista y
la unidad a la que sirve”.
El coronel Alfonso Timón Sánchez recordó el compromiso de
los legionarios con su bandera, que es el de “acrecentar el
espíritu de unidad”. “Espíritu de unidad que es más que la
mera suma de singularidades. la unidad es la camaradería, la
unión en la empresa común de servicio y entrega, es la
fuerza para compartir trabajo y vida”, dijo.
Tras las palabras del capitán de los legionarios ceutíes dio
comienzo el acto de homenaje a los que dieron sus vidas por
España, una emotiva secuencia que tuvo de fondo ‘El novio de
la muerte’, entonada por todos los presentes. La corona de
laurel en el Cristo de la Buena Muerte fue colocada por Juan
Orozco Rodríguez-Mancheño y el recién nombrado caballero
legionario, José Montes Ramos. Y así, tras el conciso acto
de siempre, se fueron rompiendo filas, con el público
conteniendo la emoción de siempre y pensando ya en que el
aniversario, también implica algo de juerga.
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