La mayoría de los funcionarios y políticos que flanquean a
nuestro presidente, son personas jóvenes y muy competentes,
que en algunas cosas que ellos creen no tener resonancia, no
se lo notifican a su presidente y cometen un grave error no
subsanado.
Tras el acto celebrado en el antiguo Salón de Pleno, el
pasado viernes 15 de septiembre, la mayoría de los A.A.A.A.
(antiguos alumnos) del Instituto Hispano Marroquí, quedaron
decepcionados, se preguntaban “nosotros hemos esperado 25
años desde 1981, Bodas de Oro de nuestro Instituto, no ha
habido ninguna palabra de agradecimiento a nuestra labor
(que éramos el 80% de los presentes) por los dos directores
que recogieron las medallas, ni tampoco una credencial por
parte de la Asamblea y que fue ofrecida en su tiempo; algo
exigió nombraron al promotor que solicitó la medalla para el
Instituto Hispano Marroquí en su LXXV Aniversario y que
fueron recogidas por los directores de los Institutos ‘Siete
Colinas’ y ‘Abyla’, acto que no fue de nuestro agrado.
Ya en el Parador ‘La Muralla’, el sr. Vivas dijo: “Jiménez,
tú deberías de haber hablado”, contestándole: “protocolo no
me ha dejado”.
Los funcionarios y los políticos que cité al principio, no
conocía n ni estaban familiarizados con el Instituto Hispano
Marroquí y para que supieran de él, y verificamos diferentes
jornadas, una social, como el logro de una calle para
nuestra catedrática Señorita Valderrama, situada junto al
futuro Polideportivo del Recinto, simétrica con la de don
Juan Díaz Fernández, gran amigo de todos nosotros; otras
culturales como la exposición Testimonio Fotográfico del
Instituto Hispano Marroquí, desde el 13 de febrero al 5 de
marzo (más de 65 fotos) y que desde aquí le doy las gracias
a Jose Manuel Director del Museo del Revellín, en dicha
fachada y en una cartela estaba la foto del conserje Eduardo
Jiménez Olmedo recibiendo la Medalla al Mérito al Trabajo.
Orgullo que aún me dura, ya que el tener durante tantos días
en el Paseo del Revellín es una alegría para cualquier hijo.
Otros testimonios culturales, fueron al traer oradores
dignos de su Instituto. Primero al Sr. Fradejas, catedrático
que hablo de su tiempo como docente. Segundo el Sr.
Olivencia, que habló sobre su familia y de sus compañeros de
promoción. Todos tuvieron palabras de elogio y alabanzas
hacia aquel conserje (mi padre) con estos actos, nosotros
dimos a conocer a los jóvenes funcionarios y políticos de la
Asamblea que había existido nuestro Instituto Hispano
Marroquí y que durante 40 años aquellos estudiantes que se
fueron a los catorce años al edificio de la Normal para
estudiar Magisterio, han conjuntado a todos los pequeños
estudiantes de Enseñanza Primaria, para alcanzar con sus
estudios un gran futuro próspero para buscar su porvenir.
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