Hablemos de líderes. ¿Es mejor aquel superior que le
pregunta cada mañana cómo lleva usted el embarazo o, por el
contrario, ejerce mejor el liderazgo aquel que se preocupa
únicamente de las tareas de la empresa? Ni el uno ni el
otro. El líder es, sencillamente, el que se integra en el
grupo y, lejos de ejercer el liderazgo como patrimonio
propio, lo comprende como patrimonio común.
En el curso de verano de la Universidad de Granada en Ceuta,
que comenzó el pasado lunes, se habla de liderazgo,
funciones y otros aspectos que inquietan a los casi 30
estudiantes de la Facultad de Educación y profesores que
acuden a las clases cada tarde.
En la ponencia de ayer, el catedrático y director de este
curso, Manuel Lorenzo Delgado, habló de por qué el carisma o
incluso las cualidades no es lo único que necesita un líder.
“Ejercer el liderazgo no es dirigir”, subrayó en su
exposición acerca del liderazgo organizacional y el líder en
la escuela. “Hay profesores que sólo ocupan un puesto porque
le nombraron pero no ejercen el liderazgo”, añadió.
Y es que liderar no es sinónimo de gestionar, por tanto,
aquel que es un excelente ejecutivo de cuentas puede ser un
lamentable motivador de grupo.
¿Y qué se necesita, entonces, para ser un buen líder? El
profesor aclaró la pregunta que tal vez muchos de los
congregados se hacían en silencio: “Un líder debe tener las
características humanas que se necesitan para casi todo en
la vida, una estabilidad en su carácter, capacidad para
motivar a su grupo, lo mínimo”, resumió.
Y es que, como dijo un sabio, puede que el buen líder, como
el verdadero sabio, sea simplemente aquel que mejor sabe
adaptarse al medio en el que le tocó vivir.
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