El curso ‘El hombre y la mujer como seres sexuados: Análisis
biopsicosocial y antropológico de la conducta sexual” tuvo
ayer a dos ponentes de excepción. Por un lado, el profesor
Antonio Arana realizó un recorrido histórico para precisar
las diferentes concepciones de la sexualidad. El ponente
inició su análisis en el Paleo lítico, el Neolítico -cuando
de forma genérica el ser humano adora a la Madre Tierra-
hasta la llegada de las religiones mayoritarias. Las
doctrinas occidentales mantienen una connotación del cuerpo
espiritualizado y todo lo relacionado con la carne resulta
pecaminoso. Por contra, las religiones orientales consideran
el contacto sexual como un acercamiento a los dioses.
La conclusión del profesor es que la globalización ha hecho
que estas concepciones se complementen. Estos estereotipos
se han introducido en ambas culturas inversamente.
La profesora María Milagrosa Olmedo explicó ayer que los
factores referidos a la sexualidad que aportan calidad de
vida a las personas. La experta habló de la cultura, los
valores sociales, la globalización como condicionantes de
una actividad sexual y un concepto sano de la sexualidad.
Destacó Olmedo que para los académicos el tema del incesto
todavía supone un tabú. Por lo que sólo realizó una breve
explicación.
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