Ceuta no recibirá a ninguno de los
500 menores con los que cuenta Canarias después de la
llegada masiva de inmigrantes que han provocado la mayor
crisis con la que se enfrenta el Gobierno de Zapatero en
esta materia después de los graves sucesos de las vallas de
Ceuta y Melilla.
La inmigración no parece tener freno y mucho menos para las
mafias. Motivo, incluso, de presión para los países
provocadores de tal fenómeno, Europa se enfrenta a una muy
díficil solución que ha de abordar de un modo decidido y
común para todos los países que forman la Unión con una ley
de inmigración europea para todos los socios europeos -no
cabe otra-. No es razonable que cada país conforme sus
propias leyes de ‘Extranjería’ y como en el caso de España,
esto haya supuesto el ‘boom’ del fenómeno que amenaza con
colapsar a las autonomías y al propio país.
La inmigración ha generado el subgénero de los menores
inmigrantes que deben ser acogidos de otro modo. La Ley
obliga a la tutela y guardia y custodia, no queda claro si
compartida o no entre las propias comunidades autónoma y el
Estado.
En el caso concreto de Ceuta, es evidente el problema que
suscita el hecho de contar con menores no acompañados
procedentes del vecino país. No es exígüo el gasto que el
severo cumplimiento de la ley obliga a la administración
autonómica. Por tanto es una evidencia que tanto Ceuta como
Melilla hayan quedado exenta del ‘reparto’ de menores que se
ha planteado en el marco del Consejo Superior de Política de
Inmigración. Cataluña, por ejemplo, en un altísimo grado de
cooperación y solidaridad que no le ha sonrojado, ha
solicitado quedarse con 10 de los 500 menores canarios. El
asunto no es baladí, el propio ministro Caldera sólo ha
podido responder -a los requerimientos de los representantes
ceutíes en este foro- que el asunto es muy díficll y
complicado; pero se avisa que la inmigración que se reciba y
se admita deba estar regulada y controlada. ¿?.
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