Por encima de la clasificación, sólo se han jugado cuatro
jornadas y como Orúe recordaba el pasado jueves deben
disputarse aún 102 puntos, lo más preocupante de este Ceuta
son las dudas que ofrece su juego. Los equipos de Orúe
siempre se han caracterizado por su seguridad y solvencia
defensiva; meterle un gol a un equipo entrenado por el
jerezano resulta muy complicado porque todos los jugadores
trabajan, presionan al rival y están bien situados sobre el
terreno de juego; apenas existen huecos para sorprender a la
zaga y complicarle la vida al portero.
En las cuatro primeras jornadas el Ceuta ha encajado tres
goles, que no son muchos, pero ha cometido errores que le
han costado puntos como ocurrió ante el Marbella. Además los
rivales han llegado al área de Novoa con mucha facilidad,
sobre todo explotando las bandas. Orúe confía en Sandro,
Hornillo y Amézaga, pero no tiene claro a quien situar en el
flanco izquierdo. Por esta demarcación ya han pasado Juanma,
Javi Navarro y Alfonso. En la medular al equipo caballa le
falta empaque, saber estar y oficio y le sobra precipitación
para tener más tiempo la posesión del cuero y elaborar
jugadas que comprometan al rival. No se explotan las bandas
y los ataques son muy previsibles. Arriba Orúe sólo cuenta
con tres efectivos porque Chico llegó a última hora sin
haber hecho la pretemporada y aún no ha debutado. Diego
Herrera, el único punta nato, está muy solo y no ha podido
aún marcar. Pinta mal, pero queda mucho tiempo para mejorar
y ofrecer un rendimiento más acorde con las posibilidades de
la plantilla.
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