El Club Natacion Barcelona anunciaba recientemente sus
refuerzos de cara a la próxima campaña, para cuyo inicio
resta algo menos de un mes -el próximo 14 de octubre-.
Además de los fichajes de dos jugadores extranjeros, el boya
surafricano Ryan Bell y el atacante venezolano Isaías
Fernández, la entidad catalana contará con la incorporación
de dos efectivos de las secciones inferiores, entre los que
se encuentra Miguel Ángel Molina.
Tras cuatro años de militancia en las filas del Barcelona, y
después de haber intervenido en algún que otro encuentro en
División de Honor el pasado año y haber entrado en varias
convocatorias de la selección española juvenil, el ceutí
jugará esta temporada junto a uno de sus principales
referentes a nivel deportivo, su hermano Guillermo, bajo las
órdenes del técnico Toni Esteller.
El mediano de los Molina logra por tanto dar el salto a la
máxima categoría del waterpolo español con sólo dieciséis
años y siguiendo la estela de su primogénito. Durante su
estancia en Ceuta el pasado mes de agosto, Miguel Ángel nos
adelantaba el duro trabajo de pretemporada que le esperaba
en septiembre, en el CAR de la Residencia Blume de la Ciudad
Condal.
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Guillermo, goleador también en Brasil
La conclusión del Campeonato de
Europa de Belgrado, donde el combinado español de Rafa
Aguilar se aupó al tercer escalón del podio, no fue sinónimo
de reposo para el internacional ceutí. Justo después de
cumplir con creces en la última cita del verano para la
selección, Guillermo Molina se desplazó hasta Brasil junto a
sus compañeros Kiko Perrone e Iván Pérez, con quienes
contribuyó a reforzar al conjunto del Fluminense en el
Trofeo que lleva por nombre el del país sudamericano y que
tiene como escenario Maracaná.
Los tres españoles y el italiano Leonardo Sottani aportaron
su granito de arena a las contundentes victorias de dicha
escuadra frente a Flamengo (19-3) y Paulistano (14-5). El
mayor de los Molina dio continuidad al acierto lucido en el
Europeo, apuntándose siete tantos entre ambos encuentros.
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