Definitivamente el Ceuta de Carlos Orúe no arranca. El
equipo caballa, después de tres empates consecutivos y un
fútbol poco convincente, sufrió la primera derrota de la
temporada al caer ante un correcto Marbella por un gol a
dos. Los marbellíes no hicieron nada del otro mundo, pero se
aprovecharon de las dudas defensivas, la falta de ideas en
la zona de creación y la candidez en ataque de los
blanquinegros para marcharse con tres valiosos puntos en el
zurrón.
Orúe, que había quedado descontento con la actitud de su
equipo en el Romero Cuerda ante el Villanovense, introdujo
tres cambios en su once y dispuso un 4-4-1-1 para buscar el
equilibrio y sobre todo jugar con inteligencia. Hornillo y
Alfonso formaron en la defensa junto a los inamovibles
Amézaga y Sandro; Diego Ramírez estrenó titularidad con la
misión de marcar los tiempos en la zona ancha, pero el de
Sanlúcar de Barrameda está lejos de su mejor forma, después
de un año en blanco por una grave lesión. Sergio Narváez
adelantó su posición para jugar entre líneas e intentar
enlazar con Diego Herrera, el único delantero nato, mientras
que Manolo De Gomar se situó en la banda derecha tras pasar
por la mediapunta y la izquierda en los tres partidos
anteriores. Los cambios no surtieron el efecto deseado
porque el Marbella salió más enchufado, llegó bien por
bandas, sobre todo por la izquierda en la primera parte, y
lo que es peor se adelantó en el marcador en el minuto 17.
El lateral zurdo Juan Ríos centró con precisión y Pedro
Curtido se aprovechó de la indecisión de la zaga
blanquinegra para batir a Novoa con la cabeza. El Ceuta se
espabiló por fin y un disparo de Sergio Narváez se perdió
fuera por poco en el 22. Tres minutos más tarde se produjo
la jugada polémica del partido. De Gomar cayó en el área
tras la entrada de Ríos, Moreno Hidalgo indicó el punto de
penalti, pero se echó a atrás al hacerle caso a su asistente
que le señaló saque de puerta. El banquillo del Ceuta
protestó la polémica decisión del colegiado
castellanomanchego y Orúe, que la temporada pasada no vio ni
una amarilla a pesar de la delicadísima situación del equipo
blanco, fue amonestado.
La primera parte no pudo terminar peor para los locales. Un
centro de Raúl Gaitán desde la derecha lo envió a la red
Santi Moreno de una gran volea. Novoa, que sólo había
encajado un gol en tres partidos, recibió dos tantos en
cuarenta y cinco minutos.
En la reanudación la fortuna se alió con los caballas al
botar De Gomar una falta lateral y alojarse el cuero en la
portería marbellí más por deméritos de Ávila y sus
compañeros que por la fuerza y colocación del lanzamiento.
Faltaban cuarenta minutos y el Ceuta tenía tiempo para hacer
la machada o al menos empatar el partido. Orúe tiró del
banquillo para refrescar a su equipo con David Narváez, que
sustituyó a su hermano, Krios y Berruezo, mientras que López
Muñiz quitó a un delantero (Pedro Curtido) para reforzar el
centro del campo con Oya. El Marbella dio un paso atrás, se
dedicó a dejar pasar los minutos para conservar la ventaja
en el marcador y contuvo sin agobios a un Ceuta tan
voluntarioso como ineficaz. Y es que ayer el problema del
grupo de Carlos Orúe fue de aptitud. En los últimos minutos
Diego Herrera lo intentó con un disparo desde la frontal que
se perdió fuera por muy poco y el árbitro, que no había
estado bien, se equivocó a expulsar a David Narváez por
doble amarilla; las dos amonestaciones parecieron muy
rigurosas sobre todo la primera en el minuto 60 por simular
un penalti.
Este Ceuta no carbura, defensivamente es vulnerable, no se
impone en el centro del campo y arriba no tiene pegada. Es
un equipo con un margen de mejora, que en teoría debe ir a
más cuando algunos jugadores que llegaron tarde se pongan en
forma, pero de momento sólo ha podido sumar tres puntos ante
rivales a priori asequibles.
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