El que busca la verdad corre el
riesgo de encontrarla (Isabel Allende). Es lo que habrá
pensado Pedro J. Ramírez y, por tanto, se muestra indesmayable tratando de demostrar que ETA participó en la
matanza del 11-M. El director de El Mundo, una cabeza bien
amueblada, es de los que cuando le hinca el diente a una
presa no la suelta hasta conseguir que ésta le diga que es
el más guapo, el más brillante y quien tiene los bemoles más
bien puestos en una España donde me imagino que la gente
impresionable habrá dejado de salir a la calle con la que
está cayendo.
Miedo, mucho miedo, tengo miedo... cada vez que leo la
primera de El Mundo y las declaraciones de quienes dicen que
las autoridades han ocultado pruebas para que nunca se
llegue a saber lo que pasó en los ya conocidos como trenes
de la muerte. Y me quedo perplejo con la respuesta dada,
días atrás, por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, al recordar que por esa regla de tres habría
también que achacarle a Bush el montaje del 11-S. A ver
quién es el guapo que no se acojona ante semejante cruce de
palabras en el Congreso de los Diputados.
Ahora bien: si lo que uno desea es comprobar cómo está de
los nervios y medirse hasta qué punto no le puede el canguelo, no hay mejor banco de pruebas que enchufarse a la
COPE y oír todo lo que largue Federico Jiménez Losantos.
Otra cabeza privilegiada, a quien talibán de sacristía (Luis
del Olmo) no le hace justicia.
Y para qué contarles a ustedes cuando les da por juntarse a
esos dos cráneos privilegiados, es decir a Pedro J. Ramírez
y Federico Jiménez Losantos, y se ponen a entrevistar al ex
director general de la Policía y eurodiputado del PP,
Agustín Díaz de Mera. Un señor con cara de apretado y que
debe estar, lo entendemos, con las dudas de si sus
subordinados le pusieron los cuernos en toda regla o piensa
igual que el director de El Mundo: Que quien busca la verdad
corre el riesgo de encontrarla. Y si ello sucede, por qué no
se dirá Díaz de Mera, el premio consiste en que Zapatero sea
corrido a gorrazos hasta que llegue corriendo a Venezuela y
sea cobijado allí por Hugo Chávez, que a fin de cuentas es
un dictador de la extrema derecha. (Carlos Fuentes).
Si acaban con Zapatero, y desde luego con Rubalcaba, nuestro
Rasputín, los periodistas más famosos de celtiberia habrán
conseguido más fama, mayor celebridad y un poder omnímodo a
la vera de Rajoy. Aunque ya procurarían ellos que éste
estuviera custodiado y anulado por los hombres que han
creído desde el primer día en la trama criminal organizada
para desalojar del Gobierno al PP.
Y es que Acebes y Zaplana se han convencido de la historia
que les han contado los hombres más inteligentes de España.
Y al primero, además, le ha parecido que es así como
sucedieron los hechos y no cómo él pensaba. Y es que en
tales casos, pasa como con el ruido que producen las
cataratas, que quienes están permanentemente cerca de ellas,
oyen el ruido de las aguas cuando se alejan y nunca mientras
las soportan.
En suma, que si a esta situación, de una gravedad extrema,
le unimos los problemas de la inmigración; el castigo
perenne de si ETA volverá a matar o regresará a toriles sin
tan siquiera necesidad de cabestros; la tremenda cutrez con
que viene dañando la Cataluña de Maragall y Montilla a
España; y que el Madrid, por culpa del grupo Prisa no
termina de arrancar para bien, ya me contarán ustedes qué
hacemos todas las personas que somos apocadas y que nos
acongojamos por nada y menos.
Y, para colmo, sale de la cárcel Isabel García Marcos y se
declara presa política. Ésta socialista sí que sabe llevarse
la pasta gansa y le importa un clítoris el miedo de
nosotros.
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