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OPINIÓN - SÁBADO, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Animales “racionales”
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Seguro que han presenciado ustedes, en los distintos telediarios, las macabras escenas de un garrulo apaleando a su perro con auténtica saña y crueldad. Y posteriormente su enfrentamiento en el juicio con su vecino veterinario que grabó la paliza al pobre animal y denunció los hechos.

Lo curioso de esta historia tan de la España negra del genial director Luis Buñuel es que, los vecinos del garrulo, idénticamente castrojos y atascados, vitoreaban al pedazo de bestia en la puerta de los Juzgados, encontrando que, la mascota de cada cual, pertenece a cada cual y si decide descuartizarla, en su derecho está, ya que es una especie de objeto de su propiedad. ¿Qué ese es un concepto muy arcaico de la posesión? No. Es una concepto indigno de los que nos autodenominamos “animales racionales” por mor de la Teoría de la Evolución de Darwin donde, por cierto, ya se puede dejar de indagar sobre el “eslabón perdido” entre el mono y el hombre, porque, se viaja a cualquiera de esos pueblos de la España profunda donde, la diversión se sigue asociando con la tortura a los animales y se hayan multitud de eslabones perdidos pululando por calles y plazas, tan contentos ellos y tan eufóricos por el primitivo festejo.

Hace un tiempo la protectora de animales denunció la salvaje costumbre de un poblacho de refocilarse sanamente arrojando a una cabra desde el campanario de la iglesia local. Tampoco eso puede extrañar en un país donde, el peligroso desfiladero que es una herida abierta entre el paisaje castellano y el andaluz, se llama Despeñaperros y ya se pueden figurar de donde le viene el nombre y por que cruentos motivos. ¿Las corridas de toros? Ese es otro percal, porque se trata de una lucha de alguna manera equiparable, eso si, yo no voy a los toros mientras exista la intervención de picadores, porque me parece que, el noble astado, parte dolorido, jodido y en desventaja. La tauromaquia es puro arte y servidora siempre está a favor del toro, que no del matador. Será porque nuestros matadores son pijines y señoritos y acostumbran a casarse con niñas de familia y con damiselas que, muchas testas coronadas, hubieran deseado para sus hijos. Si no ¿Qué me dicen del bodón de el Litri con la exquisita y preciosa Adriana Carolina Herrera? Ahí si que hubo postín, la novia una señorita sin pasado, multimillonaria, trabajadora y de familia impecable ¡Que digo impecable! Hija de la elegantísima diseñadora venezolana Carolina Herrera, reina de las pasarelas de New York y del muchimillonario y Vizconde por cuna Reynaldo Herrera. ¿Qué murmuran? ¿Qué el cuñado de Letizia Ortiz y ex compañero sentimental, que no marido, de su hermana menor Erika trabajaba nada más y nada menos que en los servicios de limpieza del ayuntamiento de Madrid? Mejor. Los pobres y los basureros y barrenderos también tenemos derecho a promocionar, que no tan solo maridan bien y promocionan los toreros. ¿Qué Espartaco maridó con la cultivadísima y finísima Patricia Rato, una niña sin pasado? Vale. Para los más Altos el pasado es siempre presente y según Peñafiel Don Juan, que en gloria esté, siempre le decía a su nieto Felipe “Que ningún hombre pueda decir que se ha acostado con la Reina de España”.

Conceptos antiguos y superados por todos menos por los toreros, que siguen eligiendo a damitas como el Fran Rivera Ordoñez, primero con la fea y aristocrática Eugenia de Alba y después con la no menos fea ni aristocrática prima carnal de su ex mujer, otra Martinez de Irujo que añadir al escalafón.

¿Qué dicen? ¿Qué si los toreros participan en fiestorros donde se arrancan las cabezas a las gallinas o a los patos? Para mi que no, los maestros de la lidia van de finolis, por cierto Curro Romero el Faraón de Camas primero esposó con la mimada hija de Doña Concha Piquer y después con la chic Carmen Tello, ex marquesa de Valencina, en fin, que los hombres inteligentes suelen ser “muy” selectivos a la hora de escoger parejas. Los tontos no. Los tontos eligen mal, para recachondea de los invitados de los bodorrios y encima son firmes candidatos a participar en algún sarao sangriento-festivo en el que se mate a un toro a pullazos con lanzas, haciendo la agonía del desventurado animal un calvario, o se lance al novillo a las aguas del puerto, a ver si se ahoga, o se le prenden los cuernos en teas de fuego para aterrorizar al astado y divertir a los animales “racionales”.

La sangre parece un tema de sano disfrute, aunque para disfrutar causando dolor a un ser vivo hay que ser un grandísimo hijo de la gran puta o un tarado con índice cero de empatía y de Inteligencia Emocional. ¿Qué si los practicantes del arte de Cúchares son tarados? Pues para mi que no, que son artistas, todo el toreo tiene un componente estético maravilloso de ballet sobre la arena, de lucha entre la fuerza irracional y la inteligencia, eso si, sin picadores, los picadores son full de Estambul y es injusto, que se las apañen los diestros para revolotear las capas y trazar en el aire verónicas de ensueño o pases de pecho de vértigo ante toros enteros. De lo contrario yo modificaría el Reglamento Taurino en el sentido de que, a toro picado, torero pateado. ¿Qué donde se patea al diestro? Pues se le propina por los banderilleros una buena patada en los cojones, que le doble y así salen ambos, hombre y bestia, en igualdad de condiciones y como Dios manda. Será que Dios manda en todo lo que es justicia, caridad y equidad del Universo.

Lo cierto es que, en esta España, tan partida y que a veces nos hiela el corazón, son muchos los espectáculos atroces que siguen formando parte del paisaje y del paisanaje. Y todos tienen un fondo indiscutible de tradición y de folklore, son costumbres y son unas raíces históricas que, a veces, nos ponen histéricos, pero son como son. Salvajes y muchas veces paridas en los tiempos atlantes y de Gárgoris y Habidis, es nuestra leche o es nuestra mala leche, según se mire y mejor que no se olviden los ritos, algunos casi paganos, porque, el pueblo que olvida su Historia ya se sabe que está condenado a repetirla. Y estos son tiempos débiles y vacíos, de grandes olvidos y enormes traiciones a la memoria colectiva y a las raíces del sentir íbero y celtíbero (montañeses asturianos y vascos a un lado porque eran medio salvajes, ya saben lo que decía el primer periodista de nuestra Historia, el cronista romano Estrabón, por cuyos escritos y artículos esta escribidora se pirra, ya saben lo que contaba de los feroces montañeses vascos que iban ataviados con pieles, adoraban a la luna y se comían por este orden, a los prisioneros y a los caballos)

Con tales precedentes, más añadidos igualmente arcaizantes, no es raro que, la genética despierte resabios de ADN de otros tiempos y el personal se mee de risa decapitando gallinas que están colgadas de una soga, a tironazo limpio, o ahorcando a los galgos e incluso achicharrándoles, o abandonando a los canes cuando dejan de ser el lanudo cachorrillo con el que, el nene o la nena, se divirtieron en Navidad. La culturización auténtica de un grupo social conlleva un escrupuloso respeto a la vida, a cualquier tipo de vida y a nosotros nos queda mucha enseñanza que mamar y digerir para poder autodenominarnos “racionales” mientras tanto muchos han de conformarse con el nombre de animales, sin más adjetivos ni más mandingas.
 

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