Están llegando los tiempos en que
los partidos políticos empiezan a deshilar la enhebrada
madeja de la política, en unos casos referida a las
elecciones locales (las más próximas) por las que en Ceuta
se rige la designación de miembros de la Asamblea y, en
otros, a las nacionales (para la de senadores y diputados en
la Cámara Baja y en el Congreso, respectivamente). Y siempre
por imperativos de la actualidad, que nos llama más la
atención dada la constante mención a los partidos nacionales
a través de los medios de difusión dentro de nuestro ámbito
político, tomamos como referencia al PSOE o al PP, cuando en
realidad hay en Ceuta otras formaciones que, por lo que
respecta al primero de los citados, le gana en votos y, por
consiguiente, en representación dentro de la Asamblea (léase
UDCE) o le sigue con muy poca diferencia (PDSC). O sea, dos
partidos de corte nacionalista, aun cuando sus formaciones
estén compuestas por miembros de etnia árabe y sus
actuaciones se decanten por la defensa de un solo colectivo:
el de religión musulmana. Tambien hay que mencionar al
Partido Socialista del Pueblo de Ceuta (sin representación
en la Asamblea) al que, su misma definición de “socialista”,
lo limita a la afiliación de personas con este mismo
ideario.
Si nos paramos a recordar, en Ceuta existen dos partidos de
tendencias nacionalistas: Acción por Ceuta y el Partido
Nacionalista de Ceutí (no conocemos de que haya n sido
cancelados en el registro de Partidos Políticos a petición
de parte ni por ningún otro cauce político o judicial) que,
aun cuando se distinguían por la defensa a ultranza de los
intereses de la Ciudad, en ninguno de ellos existían
preferencias hacia ciudadanos por su etnia o religión,
teniendo cabida en sus programas la defensa de todos los
habitantes de hecho y derecho de la Ciudad. Y se recuerda a
los miembros fundadores del primero de los citados partidos
a Adolfo Espí (ya fallecido), Carlos Guerrero, José Luis
Morales, y un largo etcétera de ceutíes (hoy todos en el
Partido Popular) que, ante las demandas marroquíes sobre las
anexión de Ceuta y Melilla, trataron de contener estos
ataques y, de hecho, consiguieron que a nivel nacional se
nos prestara atención produciéndose un sentimiento de ayuda
y apoyo a nuestra españolidad. Recuérdese, si no, la visita
que nos realizó don Adolfo Suárez, único presidente español
que, después de la democracia, ha visitado Ceuta.
El Partido Nacionalista Ceutí, creado por Paco Alcántara,
Francisco Márquez, Pepe Rocabert, Fernando Jover y otros
notables de la ciudad, (Jover es granadino pero dada su
dilatada estancia en esta Ciudad podemos considerarlo ceutí
a todos los efectos), propugnaba, por encima de todo,
nuestra españolidad, no haciendo tampoco en sus estatutos
distinción entre razas ni religiones quedando, también, en
el recuerdo de muchas personas que echan de menos, y así nos
lo comentan, aquellas jornadas de la cosa política en que
las citadas entidades (Partido Nacionalista y Acción por
Ceuta) venían a proponer programas emanados de sus afiliados
sin que se interpusiera en sus acciones el partido del
gobierno de turno, que sus órganos directivos fueran
elegidos por las bases, no impuestos por mandato de una
ejecutiva nacional, y que sus actuaciones no se inclinaran
hacia cierta parte del electorado por el mero hecho de
pertenecer a una misma religión o etnia.
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