El Ceuta de Carlos Orúe no arranca. El equipo caballa cuenta
sus partidos por empates y a ritmo de igualadas estás
condenado a vivir en la zona baja de la tabla. Y si no que
se lo pregunten a Calderé la temporada pasada, que fue
destituido en la jornada 27ª con la AD Ceuta en zona de
descenso y 18 empates cosechados.
Después de las tablas ante el Baza y el Mérida en dos
partidos discretos del ‘nuevo’ Ceuta, los de Orúe encaraban
la tercera jornada con el firme propósito de sumar los tres
puntos porque enfrente tenían a rival a priori inferior,
recién ascendido, limitado deportiva y económicamente y que
en la jornada inaugural había caído en el Romero Cuerda por
0-3 ante el Alcalá. Pero el Ceuta de ayer fue un equipo
ramplón, con errores defensivos, poco fútbol en la zona de
creación y ocasiones de gol a cuentagotas; un equipo que se
adelantó en el marcador en la segunda mitad con un gol de
Víctor Vía, pero incomprensiblemente dio un paso atrás, se
dejó comer el terreno por un voluntarioso Villanovense,
encajó un gol a balón parado y acabó el partido metido en su
campo.
Orúe, consciente de que el Villanovense juega con cinco
defensas, cuatro centrocampistas y un sólo punta, salió con
toda la artillería de la que dispone hasta que Chico se
ponga en forma. El jerezano alineó juntos a Diego Herrera,
Manolo De Gomar y David Narváez, aunque sólo el argentino
jugó en la delantera. De Gomar se escoró a la izquierda y
David Narváez se movió entre líneas por detrás del ‘nueve’
del Ceuta.
El partido empezó con susto para Novoa porque en el minuto
tres Emilio Sánchez botó una falta y el cabezazo forzado de
Dani Fernández se perdió fuera. El juego era trabado, con
muchos hombres en el centro del campo y excesivas pérdidas
de balón. Diego Herrera se dejó ver en los minutos 8 y 13
con dos remates peligrosos, sobre todo el segundo que
despejó con destreza Emilio. El Villanovense era un equipo
temeroso, reservón, que aguardaba agazapado su oportunidad
de gol; ésta, y muy clara, llegó en el minuto 19 cuando el
incansable Tete se plantó solo ante Novoa y su disparo se
perdió fuera por muy poco. El resto del primer tiempo fue un
tostón con mucha pelea y escaso fútbol.
La AD Ceuta salió más enchufada en la segunda mitad, aunque
a balón parado el equipo de Alberto Parras, que no pudo
sentarse en el banquillo por sanción, pudo adelantarse. Los
serones botaron un córner y el remate de Pajuelo lo desvió
Sandro cuando el balón se colaba en la portería ceutí. Orúe,
que había sustituido en el descanso a Berruezo por Perita,
buscó con Krios más criterio en la medular. El griego
habilitó a Perita, éste buscó a David Narváez que le ganó la
espalda a su par y su pase desde la derecha lo convirtió en
gol Víctor Vía, que sólo tuvo que empujar el cuero en el
área pequeña. Con la ley del mínimo esfuerzo la AD Ceuta se
ponía por delante y se suponía que con oficio y la mayor
calidad de sus jugadores se llevaría el partido. Nada más
lejos de la realidad. El Villanovense mejoró con los
cambios, adelantó sus líneas, se quitó el miedo del cuerpo y
buscó con fe el empate. Emilio Sánchez lo intentó en el 25
con un remate seco que detuvo Novoa. Pero el peligro llegaba
a balón parado tanto en los córners como en las faltas
laterales. En el 37 Tete botó una falta desde la derecha,
tocó con la cabeza Fernández y el capitán Jurado en boca de
gol, también con la testa, batió a Novoa. El fuengiroleño
encajó el primer gol de la temporada después de 262 minutos
de imbatibilidad. No hubo reacción ceutí. El equipo de Orúe
era un querer y no poder, mientras el de Parras no
renunciaba a consumar la remontada con un segundo gol. En el
último suspiro Sandro volvió a aparecer para desbaratar una
internada de Moraga que pintaba mal. Al final, empate justo
entre dos equipos con objetivos distintos, pero ayer nivel
futbolístico similar.
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