Un grupo de avezados ceutíes han hecho posible que este
torneo se lleve a cabo sin ningún ‘pero’ en lo meramente
deportivo. Una serie de personas que de la forma más
desinteresada han hecho posible que más de una cincuentena
de partido se llevarán a cabo, cumpliendo en casi todos los
casos los horarios previstos con antelación.
Se han encargado de coordinar todo lo referente al fútbol
sala que han tenido estas jornadas de inmigración y
convivencia. Desde realizar el sorteo de los encuentros y
confeccionar un calendario hasta dirigir los encuentros o
ejercer de juez anotador. Y no sólo su labor se ha remitido
en el aspecto deportivo. Se han encargado de confeccionar
hasta equipos entre las diferentes barriadas con tan sólo 24
horas.
Todo un mérito que hay que reconocerles a Fuad, Kassen, Fuad,
Escamilla, y Olga. Y otros como David y Juan de Dios.
En lo deportivo...
Las finales de este campeonato comenzaron con algo de
retraso, pero conforme fue avanzando la tarde, las gradas
del Díaz Flor fueron acogiendo a un numeroso público, sobre
todo para presenciar el último encuentro de estas jornadas,
la final senior masculina, que dio comienzo sobre las ocho
de la tarde. Se medía el equipo de la barriada del Sardinero
y el del Príncipe Alfonso. Pero comencemos por el principio.
Sobre las seis de la tarde, los cadetes de La Esperanza y el
Polígono saltaron a la pista. Dos tiempos de quince minutos
dejaron campeón al conjunto del Polígono, que se adjudicó el
encuentro por un marcador final de dos a siete.
Las chicas, dos combinados locales se vieron las caras, tras
dejar el Convi-1 al equipo de Tetuán fuera de la final al
imponerse por cuatro a dos. En la final, el Convi-1 se
impuso al Convi-2 por dos a uno.
La final senior, esperaba a que estos encuentros finalizasen
y a pesar el agobiante calor que se podía vivir en el
polideportivo Díaz-Flor muchos aficionados, sobre todo de la
barriada del Príncipe, se desplazaron para presenciar esta
final. Se impuso el Príncipe por tres a uno al conjunto del
Polígono.
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