El pasado jueves el patio de armas de las Murallas Reales se
vistió de gala para acoger una nueva edición del mercado
medieval que, durante estos cuatro días, ha llenado de color
y fantasía este monumento histórico de la época portuguesa.
Son muchas las ciudades que se suman a este tipo de
iniciativas que sirven para romper un poco la rutina al
tiempo que permiten la revitalización del pequeño comercio
artesano que, hasta hace unos pocos años, permanecía en el
olvido.
Llegan de distintos puntos de nuestra geografía y, muchos de
ellos, hacen juntos los kilómetros que separan una ciudad de
otra llevando consigo la magia de una época llena de
atractivos en la que aspectos como el honor o la lealtad
eran motivo suficiente para retar a un duelo o en el que los
tesoros piratas eran mucho más que una mera fantasía.
Tiros con arco, columpios y tiovivos han sido algunas de las
propuestas de ocio de un mercado que se ha publicitado
diariamente por las calles de Ceuta con diversos pasacalles
y con los múltiples aromas que despedían los puestos
colocados a lo largo del recinto amurallado y que se
extendían a lo largo y ancho de la península ceutí.
Productos
Diversas clases de chocolates, quesos y pasteles ponen la
nota dulce en un espacio en el que también tienen cabida los
embutidos y, por supuesto, el vino aunque tampoco son ajenos
a esta cita alimentos menos típicos de la época como la
papas asadas o los kebabs, habituales de otras fiestas más
contemporáneas como las ferias o protagonistas de los
típicos locales de comida rápida.
Pasear por las Murallas Reales estos días es todo un placer
para los sentidos: para la vista porque el escenario es
inmejorable; para el oído por los cánticos y ritmos
medievales; para el gusto y el olfato por la posibilidad de
disfrutar de ricas propuestas para el paladar; y para el
tacto porque el visitante también puede tener entre sus
manos productos artesanos realizados en madera, cuero,
metal, hilo o, incluso, semillas.
“Este jabón de laurel es ideal para los problemas de
circulación y la glicerina pura, además de tener un aroma
natural muy especial, es bueno para la piel grasa y para la
higiene íntima”, explica el responsable de uno de los
puestos más concurridos. Aquí el jabón no sólo tiene olores
distintos sino formas y colores muy variados: el blanco de
nata, el amarillo opaco de la glicerina o el verdoso del
aloe vera. Cada uno de ellos, vendido al peso, tiene
propiedades diferentes, todas ellas extraídas de plantas
naturales que tienen efectos relajantes, curativos o
hidratantes sobre nuestra piel.
Los productos manufacturados también atraen a los visitantes
por la exclusividad de sus diseños. Allí podemos encontrar
pulseras de hilo, cuerda o cuero, collares realizados con
semillas, menaje para el hogar tallado en madera de olivo e,
incluso, espadas, dagas y hachas realizadas por auténticos
herreros y forjadas con los diseños que eran habituales en
la época, todo ello con un único objetivo: atraer al cliente
y lograr que éste se vaya a casa cargado con unos productos
que, en algunos casos, sólo pueden encontrarse en Ceuta en
citas feriales como ésta.
Despedida
Antes de la despedida, el mercado abrirá sus puertas aún hoy
por última vez y reunirá, a buen seguro, a centenares de
personas en torno a estos puestos. Desde las once de la
mañana y hasta las dos y media en sesión matinal y de cinco
de la tarde a diez de la noche, los comerciantes volverán a
enfundarse en sus trajes medievales para iniciar el viaje al
siglo XV y permitir un día más que vivamos en una época que
hoy nos queda muy lejana.
Así, a primera hora de la mañana, tendrá lugar el pregón de
buendía que abrirá oficialmente la jornada medieval seguida
por la actuación de los juglares que recitarán: coplas
sefardíes, romances, canciones de pueblo y juglarías
joaquinianas. Todo ello en un entorno en el que los
pendones, banderines y tiendas de campaña adornarán el paso
de caballeros cruzados, clérigos, lazarillos y curanderas.
Ya por la tarde, las representaciones teatrales de piezas
procedentes de la Edad Media y el Renacimiento, los
pasacalles nocturnos, la danza de la muerte y el aquelarre
alrededor del fuego serán los espectáculos que den por
concluido este mercado que, poco a poco, ha tomado arraigo
entre las propuestas estivales de Ceuta.
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