Al Qaeda capta a una media de tres jóvenes musulmanes al
mes, nacidos o criados en España, la mayoría en Cataluña
para que actúen como kamikazes en Irak o para que reciban
entrenamiento terrorista en Afganistán, Bangladesh,
Pakistán, Yemen y Somalia, según publicó ayer ‘El Periódico
de Catalunya’.
Como los reclutados en nuestro país no tienen formación
militar ni conocimientos de explosivos ni de guerrilla
urbana se les manda para acciones kamikaze. Tras el
adoctrinamiento inicial, la red gestiona su traslado a Irak
o a un campo de entrenamiento. Es precisamente en esta etapa
en la que aparece la vinculación con Ceuta ya que los
responsables de las células extremistas paquistaníes
gestionan desde aquí los billetes que les llevarán, desde
Málaga, hasta Siria, Turquía o Arabia, vía Londres o París.
Los reclutadores son salafís procedentes de Francia y
Bélgica que captan a estos jóvenes tanto por contacto
directo como vía Internet.
Según los datos que maneja la Policía Nacional, unos 30 o 40
‘muyahidín’, principalmente con problemas de marginación y
desarraigo, desaparecen cada año de entornos radicales y
luego son detectados en Irak o en rutas hacia países con
campamentos terroristas.
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Adolescentes y de origen marroquí
Los cuerpos y fuerzas de seguridad
del Estado han diseñado un perfil general de estos ‘muyahidín’:
se trataría de adolescentes de poco más de 13 años, hijos de
musulmanes de origen marroquí. Una vez elegidos se les hace
abandonar los estudios y se les ofrece un empleo siempre en
empresas de la red donde continúan con su adoctrinamiento.
Células extremistas paquistaníes que operan en Ceuta y
Melilla gestionan el envío de estos jóvenes a Irak.
La financiación de estos traslados se consigue gracia al
tráfico de hachís procedente de Marruecos y al dinero negro
obtenido con actividades empresariales como la construcción
, los servicios informáticos y la falsificación de ropa y
relojes.
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