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OPINIÓN - MARTES, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Fumar es un placer…
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

…Sensual…Fatal…” Cantaba la Sara Montiel de los sesenta, entornando los ojos y poniendo expresión supuestamente orgásmica o de cuelgue total, según se interprete. Hoy sería imposible dar ese cante pro-tabaquismo. Y menos aún asociar publicitariamente la imagen del cigarrillo con la de la más jamona de España. ¿Qué están murmurando con sonrisas aviesas? ¿Qué Sara Montiel, Saritissima, sería incapaz de provocar en la actualidad ni a un mandril rijoso? Joder. Sean caritativos. La senectud tiene sus encantos, de sobra lo se porque peino canas astutamente reteñidas y nuestra Sara merece un respeto, no en vano sedujo a toda una generación ¿Qué la no menos oronda Carmen Sevilla fue a cantar a los soldados de Sidi Ifni? Si, es que, en los tiempos de la Oprobiosa, el artisteo , aunque aún no se había inventado la lacrimosa solidaridad, era muy fiel a los nuestros, a los españoles que se encontraban en el exterior, a los soldados del Sáhara Español y de la Guinéa Española (¡Que no darían por continuar siendo Protectorado esos míseros desventurados!) y a los emigrantes ¡Que bonito!.

Lo digo como nieta de lo más paupérrimo y zarrapastroso de la emigración española e hija de la segunda generación de emigrantes españoles en el Rif. ¿Qué si en mi pueblo fumar era un placer? Depende. Que las mujeres fumaran era, de entrada, pecado y de salida síntoma de disipación moral. ¿Dónde se había visto a una señora con un cigarro en la boca como si fuera el tocador de la chirimía de Regulares? Fumar era varonil y legionario, de machotes. Y se fumaba picadura, todos menos el señor Cónsul que fumaba puros porque era persona de postín y una vez al año, en Nochevieja, accedía a un trato más directo con parte de la colonia española y nos invitaba a recibir el año, tocando con una campana de mesa, con las uvas y con la sidra traída de estraperlo de Melilla, en el consulado.

Lo recuerdo como si fuera hoy. Las féminas engalanadas, dentro de su sencillez años cincuenta, los varones de chaqueta y corbata, las campanadas por la hora de Madrid y, cada año, de inmediato, como parte de la tradición, el Cónsul, tras las uvas, ponía en el picú el disco de “Suspiros de España” y se liaba. ¿Qué si se liaba el vocerío de la Puerta del Sol? No. Sencillamente, las mujeres lloraban y los hombres se ponían muy serios, carraspeando, comenzaban a bailar a ritmo de pasodoble, embargados por una emoción profunda, por un sentimiento de añoranza absoluto, más desesperado aún por el hecho de que ninguno de nosotros pensaba regresar. Porque no tenía adonde, nuestras vidas estaban allí, a la vera de la Mar Chica, al otro lado de los mares, pensábamos en nuestra Patria y, nuestro pensamiento era un sentimiento de auténtica desolación. ¿Qué si los hombres fumaban en Nochevieja? Si, algunos hasta puros, las señoras no, para las señoras copitas de anís y para los niños gaseosa y polvorones.

Los emigrantes de Alemania y de Francia tenían más suerte, porque en Nochevieja hasta acudía a la Casa de España Encarnita Polo cantando aquello de “Como coja la sartén, como coja la sartén, con el mango te pegaré…” y Paquita Rico y hasta Marisol. Al Rif no iban artistas ¿Qué se les había perdido a los artistas en Nador? Aunque mi abuelica, la señora Emilia que, desde que murió su esposo, rozando ella los cuarenta, no se quitó el luto, por respeto y de luto la amortajaron a los noventa años Mi abuelica decía que no se había de morir sin conocer a Antonio Molina y oirle cantar en vivo “El emigrante”. Pero su sueño fue como un juguete roto, porque se murió y no conoció al cantante ¿De donde le iba a conocer? Ni a el ni a Estrellita Castro.

Sara Montiel no interesaba a la señora Emilia, porque decía que era una descarada con ademanes de buscona y encima fumaba entornando los ojos ¡Será malaje!. Pero fumar es un placer, no sensual ni fatal, pero es un goce para los sentidos, lo diga o no lo diga Saritissima que, por cierto, desde hace años fuma cigarros con ademán de furriel y sus increíbles uñas postizas que parecen garras, pintadas de verde, hacen malabarismos imposibles con el cigarrazo humeante. Fumar relaja y tranquiliza ¿Qué destroza los pulmones? Más lo destroza el incumplimiento de las normas de Kyoto y el somg apestoso que emana de los vehículos. Y la mierda de las chimeneas de las fábricas y además en los pulmones de cada menganillo no manda el fulanillo que tenga un carguillo ¡Ya está bien de salvapatrias y de salvapulmones! Mejor que nos salven de las bandas de albaneses y de kosovares, de las bandas de argelinos , de las de rumanos y de las maras sudacas, esas si que atentan contra la salud pública colectiva, porque entran en tu casa y te matan o te majan a palos y, claro, la salud se resiente.

Primero que limpien España de maleantes, de criminales y de gentuza y luego permitiré que me limpien los pulmones, con oxigenoterapia y ozonoterapia a ser posible y pagándome una estancia en un balneario de montaña. A los fumadores han de ofrecernos estímulos para motivarnos. Me quitan a los chorizacos de las calles y me dejan las ciudades limpias como patenas, que podamos pararnos a dormir, como antaño, en el andén de una carretera con las puertas del coche abiertas y sin más visita, si un caso, que la pareja de picoletos que hace la ronda embozados en sus capas. D´abord, que dirían los gabachos y luego (o aluego que se dice en el Palo) que se metan con nuestros bronquios y pulmones en plan sensual y fatal. Nos traen de balde la botella de oxígeno a domicilio y nos relimpian de balde con la ozonoterapia, el balneario para más tarde si un caso. Y no hace falta que la fea Ministra de Sanidad nos premie con actuaciones musicales, aunque, con el tabaquismo emigremos de la salud y podamos considerarnos emigrantes, pero si viene el garrulo del Koala y nos hace reír con carcajadotas groseras eso se agradece, casi tanto como tomar un flumín de venta en farmacia y ponerte a gargajear y lanzar salivazos marrones desde el coche eligiendo el preciso momento en el que pasa un chusmón sin casco en una jamotillo. ¿Ven como fumar y sus consecuencias pueden ser un placer sensual y fatal? Bueno, fatal para el chusmón si le alcanzas en la cara con el desecho orgánico cargado de ADN y luego o aluego que vengan los del CSI a sacar el ADN y localizarte para satisfacer la furia ciega del moterillo y sus ansias de venganza y represalia.

Reflexiono. ¿A quien dañan mis caladas a un Chester? A menos gente que la delincuencia organizada y que las bandas criminales, desde luego. ¿Qué hay algo infinitamente más nocivo que el tabaco? Si. Encarnita Polo, que como mujer es fea pero como mono es pasable, cantando lo de “Como coja la sartén, como coja la sartén, con el mango te pegaré…”.
 

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