…Sensual…Fatal…” Cantaba la Sara
Montiel de los sesenta, entornando los ojos y poniendo
expresión supuestamente orgásmica o de cuelgue total, según
se interprete. Hoy sería imposible dar ese cante
pro-tabaquismo. Y menos aún asociar publicitariamente la
imagen del cigarrillo con la de la más jamona de España.
¿Qué están murmurando con sonrisas aviesas? ¿Qué Sara
Montiel, Saritissima, sería incapaz de provocar en la
actualidad ni a un mandril rijoso? Joder. Sean caritativos.
La senectud tiene sus encantos, de sobra lo se porque peino
canas astutamente reteñidas y nuestra Sara merece un
respeto, no en vano sedujo a toda una generación ¿Qué la no
menos oronda Carmen Sevilla fue a cantar a los soldados de
Sidi Ifni? Si, es que, en los tiempos de la Oprobiosa, el
artisteo , aunque aún no se había inventado la lacrimosa
solidaridad, era muy fiel a los nuestros, a los españoles
que se encontraban en el exterior, a los soldados del Sáhara
Español y de la Guinéa Española (¡Que no darían por
continuar siendo Protectorado esos míseros desventurados!) y
a los emigrantes ¡Que bonito!.
Lo digo como nieta de lo más paupérrimo y zarrapastroso de
la emigración española e hija de la segunda generación de
emigrantes españoles en el Rif. ¿Qué si en mi pueblo fumar
era un placer? Depende. Que las mujeres fumaran era, de
entrada, pecado y de salida síntoma de disipación moral.
¿Dónde se había visto a una señora con un cigarro en la boca
como si fuera el tocador de la chirimía de Regulares? Fumar
era varonil y legionario, de machotes. Y se fumaba picadura,
todos menos el señor Cónsul que fumaba puros porque era
persona de postín y una vez al año, en Nochevieja, accedía a
un trato más directo con parte de la colonia española y nos
invitaba a recibir el año, tocando con una campana de mesa,
con las uvas y con la sidra traída de estraperlo de Melilla,
en el consulado.
Lo recuerdo como si fuera hoy. Las féminas engalanadas,
dentro de su sencillez años cincuenta, los varones de
chaqueta y corbata, las campanadas por la hora de Madrid y,
cada año, de inmediato, como parte de la tradición, el
Cónsul, tras las uvas, ponía en el picú el disco de
“Suspiros de España” y se liaba. ¿Qué si se liaba el vocerío
de la Puerta del Sol? No. Sencillamente, las mujeres
lloraban y los hombres se ponían muy serios, carraspeando,
comenzaban a bailar a ritmo de pasodoble, embargados por una
emoción profunda, por un sentimiento de añoranza absoluto,
más desesperado aún por el hecho de que ninguno de nosotros
pensaba regresar. Porque no tenía adonde, nuestras vidas
estaban allí, a la vera de la Mar Chica, al otro lado de los
mares, pensábamos en nuestra Patria y, nuestro pensamiento
era un sentimiento de auténtica desolación. ¿Qué si los
hombres fumaban en Nochevieja? Si, algunos hasta puros, las
señoras no, para las señoras copitas de anís y para los
niños gaseosa y polvorones.
Los emigrantes de Alemania y de Francia tenían más suerte,
porque en Nochevieja hasta acudía a la Casa de España
Encarnita Polo cantando aquello de “Como coja la sartén,
como coja la sartén, con el mango te pegaré…” y Paquita Rico
y hasta Marisol. Al Rif no iban artistas ¿Qué se les había
perdido a los artistas en Nador? Aunque mi abuelica, la
señora Emilia que, desde que murió su esposo, rozando ella
los cuarenta, no se quitó el luto, por respeto y de luto la
amortajaron a los noventa años Mi abuelica decía que no se
había de morir sin conocer a Antonio Molina y oirle cantar
en vivo “El emigrante”. Pero su sueño fue como un juguete
roto, porque se murió y no conoció al cantante ¿De donde le
iba a conocer? Ni a el ni a Estrellita Castro.
Sara Montiel no interesaba a la señora Emilia, porque decía
que era una descarada con ademanes de buscona y encima
fumaba entornando los ojos ¡Será malaje!. Pero fumar es un
placer, no sensual ni fatal, pero es un goce para los
sentidos, lo diga o no lo diga Saritissima que, por cierto,
desde hace años fuma cigarros con ademán de furriel y sus
increíbles uñas postizas que parecen garras, pintadas de
verde, hacen malabarismos imposibles con el cigarrazo
humeante. Fumar relaja y tranquiliza ¿Qué destroza los
pulmones? Más lo destroza el incumplimiento de las normas de
Kyoto y el somg apestoso que emana de los vehículos. Y la
mierda de las chimeneas de las fábricas y además en los
pulmones de cada menganillo no manda el fulanillo que tenga
un carguillo ¡Ya está bien de salvapatrias y de
salvapulmones! Mejor que nos salven de las bandas de
albaneses y de kosovares, de las bandas de argelinos , de
las de rumanos y de las maras sudacas, esas si que atentan
contra la salud pública colectiva, porque entran en tu casa
y te matan o te majan a palos y, claro, la salud se
resiente.
Primero que limpien España de maleantes, de criminales y de
gentuza y luego permitiré que me limpien los pulmones, con
oxigenoterapia y ozonoterapia a ser posible y pagándome una
estancia en un balneario de montaña. A los fumadores han de
ofrecernos estímulos para motivarnos. Me quitan a los
chorizacos de las calles y me dejan las ciudades limpias
como patenas, que podamos pararnos a dormir, como antaño, en
el andén de una carretera con las puertas del coche abiertas
y sin más visita, si un caso, que la pareja de picoletos que
hace la ronda embozados en sus capas. D´abord, que dirían
los gabachos y luego (o aluego que se dice en el Palo) que
se metan con nuestros bronquios y pulmones en plan sensual y
fatal. Nos traen de balde la botella de oxígeno a domicilio
y nos relimpian de balde con la ozonoterapia, el balneario
para más tarde si un caso. Y no hace falta que la fea
Ministra de Sanidad nos premie con actuaciones musicales,
aunque, con el tabaquismo emigremos de la salud y podamos
considerarnos emigrantes, pero si viene el garrulo del Koala
y nos hace reír con carcajadotas groseras eso se agradece,
casi tanto como tomar un flumín de venta en farmacia y
ponerte a gargajear y lanzar salivazos marrones desde el
coche eligiendo el preciso momento en el que pasa un chusmón
sin casco en una jamotillo. ¿Ven como fumar y sus
consecuencias pueden ser un placer sensual y fatal? Bueno,
fatal para el chusmón si le alcanzas en la cara con el
desecho orgánico cargado de ADN y luego o aluego que vengan
los del CSI a sacar el ADN y localizarte para satisfacer la
furia ciega del moterillo y sus ansias de venganza y
represalia.
Reflexiono. ¿A quien dañan mis caladas a un Chester? A menos
gente que la delincuencia organizada y que las bandas
criminales, desde luego. ¿Qué hay algo infinitamente más
nocivo que el tabaco? Si. Encarnita Polo, que como mujer es
fea pero como mono es pasable, cantando lo de “Como coja la
sartén, como coja la sartén, con el mango te pegaré…”.
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