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OPINIÓN - LUNES, 4 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

España, España!
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Ayer, los españoles, volvimos a épocas pretéritas. El triunfo de la selección de baloncesto llenó nuestras calles de barullo y de banderas rojas y gualdas, todos bajo un mismo grito “¡España, España!”. Las bocinas de los coches, los tubos de escape de las motillos (en el Palo se dice jamotillos) los ciudadanos jubilosos aullando su contento patrio a mogollón y como Dios manda y siempre digo lo mismo: Será porque Dios manda en todo lo bueno y lo bello del Universo.

Y unirnos bajo el nombre de nuestra Nación, por la razón que sea, aunque sea por algo tan banal como el resultado de un partido de futbol o de baloncesto, eso, en esta Nación de las Nacionalidades, donde, hasta a los gallegos que no pedían nada, les han ofertado “ser Nación” en una especie de perversa tómbola de desintegración y desmembramiento, ese grito unánime emociona hasta las lágrimas y conmueve.

Por lo poco habitual. Por los muchos desprecios que ha recibido y recibe nuestra bandera por parte de los traidorzuelos nacionalistas, por esta época de la moral de los renegados, los revanchistas y los papafritas que nos está tocando padecer. Y la padecemos porque no es la nuestra, los españoles no somos ni renegados, ni revanchistas, ni papafritas, ahí está nuestra Historia que es la de un inmenso Imperio donde no se ponía el sol. Por mucho que les pese a los revisionistas y a los acomplejados a quienes, con todos mis respetos, pueden ir directamente jodiendo. Lo siento mucho. Ganamos en las Navas de Tolosa (y no es cierto que nos ayudaran la CIA ni el Mossad, nos ayudó el FBI). Isabel y Fernando existieron y Carlos I de España y V de Alemania está ahí. Por cierto, en plan revisionista, la zona flamenca de Bélgica, es decir Flandes y Holanda, nos pertenecen y tenemos derecho a ser belgas y holandeses amén de españoles, porque esa zona fue nuestra gracias al Duque de Alba y allí se encuentran raíces hispanas sembradas por la soldadesca.

Es más, nacionalidad aparte, tenemos derecho a que, los países del Benelux nos entreguen subsidios, prestaciones sociales y toneladas de billetes porque, moral y genéticamente hay mucho ADN español lampando por esos lares. ¿Qué los descendientes de nuestras gloriosas tropas imperiales no van a querer solidarizarse con nosotros y que les mandemos a nuestros ocho millones de pobres para que les mimen y mantengan? Eso es que son unos descastados y no reconocen la gloriosa Historia de nuestro Imperio. Si. De aquel que comprendía “auténticas” naciones y no inventos chapuceros y sacaderos de dineros con la excusa del “nacionalismo” paleto y localista. Les digo yo que, a vascos y catalanes les dan prerrogativas a nivel de sus hablas y de sus lenguas de ellos, de sus banderolas y de sus reivindicaciones, pero sin gestionar ni un puto duro de los dineros y se acaban los nacionalismos.

Como, por unas horas, se acabaron ayer y el grito de ¡España! Sonó en las gargantas y volvimos a estar unidos como una piña, sin miedo a enarbolar nuestra bandera, sin temor a pintarnos las caras de rojo y amarillo, sin rubor al gritar el nombre de esta Patria que , a este paso, va a convertirse en privilegio de unos cuantos hombres y mujeres de honor. ¿Ustedes son conscientes del daño moral que hemos sufrido durante estos años? ¿En que país del mundo puede llegar a “dar miedo” el llevar una banderita prendida en la solapa por temor a “identificarse”? ¿”Identificarse” con que y con quien?.

El patriotismo no está bien visto en los tiempos de la moral del escupitajo, de la prohibición expresa de hablar de defender la integridad de España ¿Se han dado cuenta de la cantidad de cosas que nos tiene prohibida esta gente? Pero lo que no pueden prohibir son nuestros genes, ni este ADN mezcla de héroes, santos y poetas (y en mi caso morenos de verde luna que pasan de naciones y de nacionalidades y son sencillamente españoles y gitanos), no pueden prohibir tampoco los partidos de nuestras selecciones, al menos por ahora y porque no se les ha ocurrido a los muy capullos y no pueden enmudecernos para que no deliremos dichosos al alarido de “¡España, España!” y nos tiremos a las aceras cantando, gritando y abrazándonos. Unidos. Por mucho que escueza en las alturas, donde, la desunión de España, suponen que va a hacer la fuerza porque, con un pueblo unido, bajo una misma bandera, sencillamente, no pueden.

Dicen que tengo fijación mental con la izquierda. Y no es cierto. Tengo fijación mental con una ideología que procede del apolillado marxismo, que ha sido el más nefasto invento de la Historia y que ha parido a monstruos como Stalin y a monstruosidades como el telón de acero. Les desprecio porque les conozco. Y, aunque la ciberderecha neocon, que es mi filiación filosófica y política, votamos en España al PP, pese a sus muchos complejos y las aristas timoratas por limar, nuestros sufragios de españoles, católicos y de derechas, es decir, de gente extraordinariamente principal, son un grito por la unidad de España y por una realidad que no tenga que recurrir a victorias deportivas para salir a la calle a dar la cara y a vocear nuestro orgullo por ser quienes somos y por venir de donde venimos.

El ministro de defensa, Alonso, da un homenaje a los caídos y omite la oración. No pasa nada. Ya pagará el inglés el vino que se bebió. Le regalan frívolamente a Cataluña el status de nación sin previo referéndum y de forma anticonstitucional. No pasa nada. Ya pagará el inglés… .Pactan a hurtadillas con ETA y los batasunos , esos hijoputas, “exigen” la derogación de la Ley de Partidos. No pasa nada. Ya pagará… . Felipe Gonzáles es enviado a Iran a coleguear con el presidente barbudo y proterrorista, mientras la ONU intenta poner firme al tipejo y el Gobierno deja a los españoles a la altura de la mierda. No pasa nada. Ya… . ¿No les parece que son demasiados “No pasa nada”? Mejor. Sabemos esperar con paciencia y apuntarlo todo en negro sobre blanco y letra redondilla, porque ya pagará el inglés el vino que se bebió.

Pero mientras el hijo de la Gran Bretaña reúne los doblones para pagar sus libaciones, ganamos un partido de baloncesto, la cosa se precipita, en plan simbólico y suenan bellos, hermosos, emocionantes gritos de un futuro cercano ¡España, España!.
 

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