El Puerto Malagueño llegó a Ceuta con un equipo competitivo,
con diez futbolistas que ya militaban en el equipo la pasada
temporada, donde acabaron séptimos. Diez refuerzos son los
que durante la pretemporada, llegados desde varios clubes de
la zona de influencia del Puerto, como son el Dos Hermanas
San Andrés, el Fuenguirola o el equipo de Preferente el
Mortadelo. A esto se puede sumar los descartes del Málaga,
que regresa al grupo cuarto de División de Honor tras
proclamarse campeón del XIII de la máxima categoría de
juveniles. El objetivo del club malacitano es la permanencia
pero no renuncia a aspirar a estar entre los primeros para
disputar la Copa del Rey.
Pero, con todo y con ello y pese a las numerosas bajas con
las que contaba el conjunto que, esta nueva campaña ,dirige
Damián Torres, no pudo superar el empuje del conjunto
gimnasta, sobre todo durante los primeros 45 minutos, que
fueron determinantes para el desarrollo del encuentro.
No sólo marcaron el signo del partido los dos tantos del
equipo amarillo, también resultó de marcada importancia la
expulsión de dos jugadores al filo del descanso, cuando tras
un rifirrafe sin mayores consecuencias, provocó que Larra
Rodríguez mostrara sendas cartulinas rojas, cuando estas
podían haber sido de otro color.
La película de este debut liguero del Goyu-Ryu comenzó a
marcar distancias en el minuto 28. Reda se iba a erigir en
el protagonista del encuentro, y como viene siendo habitual
en él, con luces y sombras. La jugada del primer gol de
partido se originó en una recuperación en el centro del
campo por parte de Reda, que quizás a priori daba la
impresión de albergar un excesivo individualismo, pero que
culminó con una gran habilidad futbolística, que es evidente
que el jugador ceutí atesora en sus botas. De duro disparo
cruzado, y entrando por el centro del área, batió al
guardameta Álvaro que no pudo impedir que el esférico
cruzase la línea de gol a pesar de su estirada.
El segundo y último tanto del partido llegó de penalti, a
tres minutos de que Reda inaugurara el marcador. Luis fue el
encargado de asumir la responsabilidad y cumplió con su
misión.
Con tal ventaja en el marcador, y tras la doble expulsión,
los dos equipos cambiaron su planteamiento inicial y la
segunda mitad no tuvo mayores consecuencias, ya que ninguno
de los dos bandos implicados dominó en el juego y el partido
se convirtió en el mero trámite de ver pasar el tiempo.
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