Mucha expectación. El debut liguero del Ceuta en el Alfonso
Murube llega con mucho morbo por diferentes circunstancias.
Una de ellas es que se trata de un proyecto deportivo nuevo
con una directiva novata y otra por ver de lo que será capaz
el equipo con un entrenador de la categoría de Carlos Orúe.
Todo ello mezclado con la intriga por observar a los nuevos
refuerzos blanquinegros en esta segunda jornada de Liga en
el grupo IV de la Segunda División ‘B’.
Los dirigentes ceutíes han hecho todo lo posible para que el
estadio municipal registre hoy una buena entrada: acuerdos
con las barriadas, descuentos en los abonos, entradas gratis
para los niños federados y para los menores de 12 años ,
etc. Todo ello con el fin de que el equipo se sienta
arropado y las gradas no presenten un aspecto desangelado.
Pero los que no tienen que fallar son los protagonistas, los
jugadores. El plantel caballa tiene la misión de agradar a
los aficionados y de sacar un resultado positivo después del
‘fiasco’ en Baza.
Orúe no tendrá ninguna baja para el partido y se espera que
repita la misma alineación de la primera jornada.
Son muchos los argumentos por los que ‘a priori’ se sitúa
favorito al Ceuta. En Mérida han tenido un verano
intranquilo en todos los frentes y han dispuesto de menos
tiempo y calma para preparar el equipo, además de que su
presupuesto es de 130 millones de las antiguas pesetas y su
técnico más inexperto y menos conocedor de la división que
Orúe.
En el Mérida hay jugadores que conocen la categoría, y otros
que saben lo que es la Primera División. David Pirri y Pablo
Niño son dos claros ejemplos. Su problema radica en el
ataque, ubicación que acaban de reforzar con Carreño
(lesionado, se quedó en Mérida) y Cuevas (en un estado de
forma irregular, verá el partido en el banquillo romano).
|