El artista ceutí Ginés Serrán compareció, ayer, en la sala
de prensa de la Asamblea, junto a un amplio elenco de
amigos, para mostrar su satisfacción tras ver instaladas las
piezas escultóricas que ha preparado, durante diez años
(nueve de gestación y un año y medio de ejecución), siendo
la última etapa en su casa de la provincia china de Liaoning.
Tras superar las vicisitudes de tan largo viaje en barco,
las obras esculpidas en bronce fueron admiradas en sus
respectivos emplazamientos por ilustres famosos como la
princesa Beatriz de Orleans, Cristobal Colón de Carvajal,
duque de Veragua; Juan Antonio Corvalán, miembro del Cómite
Olímpico y Diego de Azqueta, presidente de la Sociedad
Geográfica Española, entre otros, que no quisieron perderse
la oportunidad de ver ‘in situ’ el trabajo de uno de los
escultores más célebres de la Ciudad Autónoma.
Tras la presentación que realizó el consejero de
Presidencia, José Luis Morales, todo fueron elogios para el
artista local. “Una explosión de ilusión” fue la
denominación que Colón de Carvajal eligió para describir un
proyecto en el que Serrán ha tratado de devolver a sus
padres el recuerdo de Ceuta que le queda de la niñez.
“Idealista, viajero universal, luchador de la causa indígena
y un explorador que quiere recuperar los mitos”. Así se
refirió Azqueta al escultor en una situación en la que la
humanidad, opinó, “ha perdido sus símbolos y necesita hallar
un mundo mejor”. Para el presidente de la Sociedad
Geográfica, “la fuerza de sus esculturas” radica en un
espíritu marcado por los ideales “quijotescos”. Valoración a
la que se sumó Corvalán: “sus obras son un símbolo del mundo
concebido como una utopía”.
En esta línea de descripciones, el miembro del Cómite
Olímpico señaló que es “muy difícil” separar la vertiente
artística de la personal en el caso de Serrán. Un proyecto
cargado de símbolos proveniente de un “ente poliédrico y
magnético que atrae a gente de ámbitos muy diferentes”.
Así lo demostró la princesa Beatriz de Orleans que se acercó
a Ceuta para mostrar su apoyo al artista local en
“representación de todos los extranjeros que admiran” su
obra.
La elaboración de las mastodónticas piezas escultóricas
arrancó en la mente de Serrán cuando era un niño y vivía en
Nueva York. En la sierra de Grazalema recuperó su historia
personal y la entremezcló con el mito más grande jamás
relacionado con Ceuta: la leyenda de Hércules. También tuvo
palabras para el resto de personajes. “Hoy es un gran día”,
concluyó.
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